La psicoterapia de orientación junguiana se encuentra fundamentada en la escuela de Psicología analítica. Esta es la denominación que se le ha otorgado a la teoría y técnicas psicoterapéuticas desarrolladas por el psiquiatra suizo Carl Jung. La psicoterapia orientada desde este enfoque, se marca como objetivo el acompañamiento del paciente en su proceso de crecimiento o individuación, es decir, en el desarrollo y despliegue de sus potencialidades singulares.
El Proceso de individuación se puede entender también como una forma de realización y maduración de la personalidad, también llamado de ampliación de la conciencia. Este proceso implica la integración de diferentes aspectos de la personalidad —denominados Complejos—, mediante la exploración profunda de su dinámica emocional, relacional y comportamental.
Los Complejos son pautas o modos de funcionamiento no conscientes, que son identificados y analizados al interior de la psicoterapia, permitiéndole al paciente realizar transformaciones profundas y duraderas de las dinámicas psíquicas que le resultan limitantes.
Uno de los constructos más difundidos de Jung es el concepto de los Arquetipos, entendidos como elementos estructurales y primordiales de la psique humana, que se manifiestan a nivel personal a través de los Complejos.
Un importante rasgo característico de la terapia junguiana es su visión finalista, tanto de los síntomas como de los aspectos a confrontar a lo largo de nuestra vida. De esta manera, se considera fundamental complementar el cuestionamiento sobre el origen de nuestros conflictos, con el para qué, es decir, con la finalidad que esta circunstancia o síntoma puede tener en el despliegue de nuestras potencialidades. Por tal motivo, la psicoterapia junguiana no centra su objetivo en la eliminación de los síntomas sino en la manera en que estos confrontan y promueven en las personas un modo distinto de ser.
Las sesiones se realizan cara a cara, siendo esta una indicación de la profunda implicación del terapeuta en el vínculo transformador con el paciente. Se suele realizar una sesión semanal, aunque pueden ser más frecuentes o menos según las particularidades y posibilidades de cada caso.
La psicoterapia junguiana aborda desde una aproximación científica la comprensión del ser humano, de su sufrimiento y procesos de transformación. Para esta comprensión se nutre de diferentes saberes como la antropología, la filosofía, la biología, la psiquiatría, la medicina, la mitología y el estudio de las religiones comparadas. La rigurosidad científica no le ha impedido adentrarse comprensivamente y tener en cuenta fenómenos usualmente descartados por otras escuelas como son las sincronicidades, las experiencias numinosas y la dimensión espiritual de los seres humanos.
La psique humana posee mecanismos propios de autorregulación y sanación que le permiten desarrollarse, afrontar los obstáculos inevitables de la vida y avanzar hacia una mayor complejidad.
La psicoterapia junguiana se orienta a acompañar este proceso, especialmente cuando se ve interrumpido por factores internos o externos que bloquean el curso natural del crecimiento y la sanación
Se busca restaurar en la persona la capacidad de explorar, jugar, crear, tolerar la frustración y habitar la ambigüedad, promoviendo una actitud vital que abrace las paradojas inherentes a la existencia. Al mismo tiempo, se acompaña el reconocimiento de las motivaciones más profundas, así como la asunción de la responsabilidad que ello implica.
En La práctica de la psicoterapia Jung resalto en este sentido“El efecto que yo busco es producir un estado anímico en el que mi paciente comience a experimentar con su naturaleza y nada esté dado para siempre, petrificado sin esperanza: un estado de fluidez, de cambio y devenir.”
Daniel Ulloa Quevedo.
