Cuando los dientes se caen en los sueños, una perspectiva junguiana

Desde la perspectiva junguiana se considera que los sueños  hacen parte de los mecanismos del organismo y de la psique para favorecer la homeostasis, es decir, el equilibrio interno necesario para que los procesos naturales de desarrollo, crecimiento y sanación intrínsecos puedan fluir de manera adecuada. 

Una de las principales funcionalidades de los sueños, reconocida por Jung,  es la compensación. Los sueños  actúan como un mecanismo de ajuste procurando corregir las actitudes parciales, unilaterales o desmesuradas de la consciencia para favorecer el desarrollo integral de la personalidad.

Desde la perspectiva junguiana, las circunstancias que nos suceden en los sueños pueden considerarse también como un ritual simbólico, es decir, una experiencia onírica transformadora. Este ritual simbólico tiene como objetivo favorecer la asimilación o integración de aspectos no conscientes o no desplegados, promoviendo, así la complejización y la maduración de la personalidad.

Los sueños, de manera similar a los rituales religiosos de las culturas tradicionales, pueden acompañar y dotar de sentido transiciones vitales relevantes, como el paso a la adultez, el matrimonio, el nacimiento de un hijo, la muerte de un ser querido o cualquier cambio significativo en la vida. 

Estos momentos de transición a menudo conllevan una carga emocional  que los sueños pueden ayudar a procesar y comprender, proporcionando un marco simbólico para asimilar y dar sentido a las nuevas realidades que se presentan.

En relación con lo anterior James Hillman sugiere que todo en el sueño es correcto, excepto el ego “Todo en el sueño hace lo que debe, siguiendo la necesidad psíquica a lo largo del curso inespecífico de sus propósitos, excepto el ego. El río debe estar seco, el puente tan alto, el árbol desenraizado, el perro atropellado, el partido debe encubrir a un envenenador, el dentista pedir una extracción completa, sólo el comportamiento del ego está bajo sospecha”

 Los sueños como objetividad

Partiendo del principio que los sueños nos suceden, es decir, que  no los moldeamos de manera consciente ni responden a nuestras expectativas, Jung consideraba que los sueños nos brindan información objetiva del funcionamiento de la psique, de manera similar  a la  información que nos proporciona un  examen de sangre o de orina con respecto a nuestro organismo. 

Jung reconoce algunos motivos típicos que aparecen de manera frecuente en los sueños como son “la caída, el vuelo, la persecución por animales o por hombres peligrosos, el encierro insuficiente o absurdo en lugares públicos, la prisa o la pérdida en una multitud, la lucha con armas inútiles o la indefensión total, la carrera sin llegar a ninguna parte, etc. Un motivo infantil típico es el sueño de hacerse infinitamente pequeño o infinitamente grande, o de transformarse de lo uno en lo otro”  Resalta sin embargo que el significado de un sueño  siempre se encuentra relacionado con las significaciones y singularidades de cada persona. 

Sueños relacionados con la caida de los dientes suelen aparecer como uno de los más frecuentes en las encuestas que indagan sobre ello. 

El “fuego” de las emociones en los sueños

En la psicología junguiana el trabajo con los sueños no se propone una actividad meramente intelectual o de exploración de asociaciones. Se busca sobre todo  explorar e indagar las emociones y los afectos que acompañan las imágenes y  las situaciones que experimentamos en los sueños.

Los afectos y las emociones en los sueños son considerados como sustancias psíquicas que nos están «cocinando», transformando, refinando. Estas experiencias nos permiten acceder a nuevas perspectivas y abandonar actitudes que ya han quedado obsoletas.

El “fuego” de las emociones permite que algo se integre, se asimile, se desintegre o se disuelva, según corresponda a la operación psíquica  necesaria para el refinamiento y profundización del alma.

Los sueños en los que se caen los dientes pueden estar rodeados de múltiples emociones como: ansiedad, miedo, vergüenza, inseguridad, impotencia, frustración. Estas emociones   nos están  promoviendo cambios cualitativos en nuestro ser.  

En los sueños, los dientes pueden caerse de manera espontánea, como consecuencia de una extracción o un accidente. También pueden desintegrarse, pudrirse  o quebrarse. Cada uno de estos estados  pueden interpretarse como metáforas de la experiencia adecuada, de las operaciones “alquímicas” necesarias para la transformación y maduración de nuestra psique, de nuestra personalidad. 

Se plantea que los sueños están escritos en el lenguaje de la naturaleza, un lenguaje simbólico y metafórico que comunica sus contenidos a través de analogías, lo que requiere un esfuerzo de decodificación. Trabajar con los sueños es una herramienta valiosa para comprender la dinámica de nuestra psique y su flujo natural, permitiéndonos colaborar conscientemente con ella en lugar de resistirnos.

Simbolismo de los dientes

En la cultura popular, los dientes suelen simbolizar la fuerza, la vitalidad y la capacidad de defensa. Se consideran un reflejo de la salud y la apariencia física, por lo que tener dientes fuertes y blancos es a menudo asociado con la juventud, la belleza y el poder. 

En muchas narrativas y cuentos, los dientes afilados o prominentes pueden representar agresividad o peligrosidad, como en el caso de los colmillos de los vampiros o los dientes de los animales depredadores. En el cine,  los dientes torcidos o en mal estado pueden usarse para subrayar un personaje torpe o desafortunado, resaltando las inseguridades o imperfecciones humanas.

Los dientes tienen un lugar importante en diversas tradiciones y supersticiones. Por ejemplo, la figura del «ratoncito  Pérez» o «el hada de los dientes» es una creencia popular en la que se recompensa a los niños por la pérdida de sus dientes de leche, convirtiendo un momento de crecimiento en un ritual de transición. 

En algunas culturas, se atribuye un valor simbólico a los dientes caídos, ya sea guardándolos como amuletos o utilizándolos en rituales que buscan protección o buena suerte. En algunos países asiáticos, por ejemplo, existe la tradición, cuando un niño pierde un diente,  que si es del maxilar inferior, se lanza al techo; si es del maxilar superior, se coloca en el espacio debajo del piso. Mientras realiza este ritual, el niño formula un deseo para que el diente perdido sea reemplazado por el diente de un ratón. Esta costumbre se basa en la observación de que los ratones tienen dientes que crecen continuamente durante toda su vida, una característica que se comparte con todos los roedores.

Hay muchos refranes y dichos populares en los que está presente la imagen de los dientes, lo que evidencia los variados significados que se les atribuyen. En ocasiones, los sueños pueden evocarnos alguna de estas expresiones, lo cual puede constituirse en una pista valiosa para explorar su simbolismo onírico.

Algunas de la expresiones relacionadas con los dientes son: morder el anzuelo, a caballo regalado no se le mira el diente o el colmillo, dejar los dientes largos, reírse con todos los dientes, hablar entre dientes, rechinar los dientes, dios le da pan a quien no tiene dientes, entre muchos otros.

La “digestión” psíquica

En muchas ocasiones, los diferentes procesos que acontecen en nuestro organismo funcionan, cuando aparecen en nuestros sueños, como metáforas de análogas funciones a nivel del sistema psíquico. 

Por ejemplo, la cicatrización de una herida en un sueño podría simbolizar la recuperación emocional de una herida psíquica, de un trauma emocional.  Aspectos referidos al sistema inmunitario pueden hacer referencia a nuestros recursos de autocuidado. Una sensación de asfixia o dificultad para respirar, podría reflejar sentimientos de ansiedad o la sensación de estar atrapado en una situación que limita la libertad. Incluso los procesos más básicos, como el acto de caminar o correr, pueden representar el avance o el escape de situaciones en nuestra vida diaria. 

Estos sueños actúan como un puente entre lo físico y lo mental, utilizando el lenguaje simbólico para reflejar el estado interior y los procesos inconscientes que se están llevando a cabo.

En este sentido, desde la perspectiva junguiana se sostiene que la psique, al igual que nuestro organismo, necesita ser alimentada pero con alimentos propios del alma. Esta idea, según Hillman “se manifiesta no solo en la práctica común de dejar comida y utensilios en las tumbas de los muertos, sino también en ceremonias como la que se realiza anualmente en Grecia.. en la que se alimenta a las almas que han regresado del inframundo a sus hogares originales, un rito que aún se celebra en ocasiones como Todos los Santos o Halloween, cuando calmamos a las personas enmascaradas ofreciéndoles alimentos”

Hillman plantea entonces  los sueños como un proceso de digestión, de trituración y asimilación de nuestros acontecimientos diurnos en lo que nombra “los tractor laberínticos de la psique”. Para Hillman  “el trabajo onírico cuece los hechos vitales y los convierte en sustancia psíquica mediante los modos imaginativos (simbolización, condensación, arcaización). Este trabajo extrae materiales de la vida y los convierte en alma, a la vez que alimenta a ésta con nuevos materiales cada noche” 

Los dientes representan el inicio del proceso digestivo, donde se descomponen los alimentos antes de que lleguen al estómago, facilitando la absorción de nutrientes por el cuerpo. 

La imagen de los dientes puede aludir a las herramientas, a los recursos internos para el proceso de digestión psíquica, con el que procuramos procesar la información y los eventos que experimentamos.

Si los dientes se caen en un sueño quizás nos encontremos en un  proceso de actualización de los recursos internos para que se puedan llevar a cabo los procesos de asimilación en nuestra psique.  

De la dentición a la individuación

Jung acuñó el término «individuación» para describir el proceso gradual de desarrollo de nuestra personalidad.  Este proceso puede  ser entendido como la manifestación paulatina de nuestro  “mito personal”, nuestra vocación, nuestro aporte singular al mundo.  

Se considera que el proceso de individuación no  sigue un curso lineal sino más bien se corresponde a la imagen de un espiral ascendente constituido por etapas que poseen estructuras cada vez  de mayor complejidad e integralidad.

Se plantea entonces que las  actitudes y perspectivas con las que nos identificamos en un momento dado comienzan a ser insuficientes y  obsoletas  para encarar las nuevas condiciones que van emergiendo a lo largo de la vida. Cuando esto sucede  nuestro sistema psíquico entra en crisis  impulsando de esta manera  la actualización y maduración de nuestra personalidad.  

La herida o la caída como llamada a la transformación

Jung destaca en este sentido que  usualmente  el desarrollo de nuestros potenciales y la maduración de nuestra personalidad no ocurre como resultado de la voluntad consciente de nuestro ego  sino que son el fruto de demandas o exigencias  provenientes bien sea de  circunstancias  internas o  externas al individuo. 

Estas demandas  o exigencias pueden tomar la forma de una pérdida, una herida o un sacrificio, que representa los aspectos del ego que necesitan transitar por una especie de muerte simbólica, de renovación. 

Marie  Louise von Franz expone la imagen de la herida como un llamado para la realización del ser  de la siguiente manera “el acuerdo consciente con el propio centro interior o sí-mismo- empieza generalmente con la herida de la personalidad y el sufrimiento que la acompaña. Esta conmoción inicial llega como una especie de «llamado», aunque no siempre se la reconoce como tal. Por el contrario, el ego se siente estorbado a causa de su voluntad o su deseo, y generalmente proyecta la obstrucción hacia algo externo. Esto es, el ego acusa a Dios, o a la situación económica o al patrono, o al cónyuge de ser responsable de aquello que le estorba”

Menciona von Franz como en muchos mitos e historias el tema de la herida o la pérdida como llamada para la transformación se expresa como el anciano rey que enferma, la pareja real  que no puede tener descendencia, un monstruo que roba a las mujeres, los niños o las riquezas  de la comunidad, los pozos se secan, los ríos se agotan y las heladas afligen al país. 

Von Franz propone que pareciera que el “encuentro inicial con el sí-mismo» proyecta una oscura sombra hacia el tiempo venidero, o como si el «amigo interior» viniera al principio como un cazador que tendiera una trampa para coger al ego que lucha desesperadamente”.

La caída de los dientes en los sueños puede aludir a la herida o la pérdida necesaria para convocar o favorecer el proceso de maduración de la psique. Pueden reflejar el miedo a perder algo valioso, ya sea una relación, una parte de la identidad, o incluso la juventud y la vitalidad. La caída de los dientes, en este contexto, puede simbolizar una pérdida que es inevitable y natural en el curso de la vida. 

Los dientes como   fuerza y  vitalidad

Muchos animales, incluidos los humanos, muestran los dientes cuando están enojados y quieren amenazar a alguien.  Es popular la expresión “mostrar los dientes” aludiendo a  amenazar o demostrar fuerza o agresividad. También la expresión “apretar los dientes” relacionada con  la imagen de soportar una situación difícil con determinación y sin quejarse.

Los dientes han sido considerados una de las armas de ataque y defensa más primigenias, asociándose simbólicamente con la fuerza. En este sentido, perder los dientes, propone Cirlot, representa el «miedo a la castración o a la derrota en la vida, inhibición». La caída de los dientes sería la imagen contraria a la  exposición que, según la antropología,  hacen los guerreros con los adornos que fabrica con los dientes y las garras de la animal cazado o  del enemigo.  El vencedor se apropia del poder y la vitalidad del vencido. 

Para Chevalier, en un sentido similar, perder los dientes “es ser desposeído de fuerza agresiva, de juventud, de defensa: es un símbolo de frustración, de quiebra. Es la pérdida de la energía vital, mientras que la mandíbula sana y bien guarnecida atestigua la fuerza viril y confiada en sí misma”

La energía de la agresividad está relacionada con la autoafirmación, la capacidad de establecer límites y el ímpetu necesario para alcanzar ciertos objetivos. La caída de los dientes en los sueños podría aludir a la necesidad de experimentar un cambio cualitativo en la forma en que expresamos nuestra agresividad, ya sea porque nos estamos comportando demasiado pasivos o sumisos, o porque tendemos a ser excesivamente reactivos.

Los dientes como barrera, mecanismos de defensa

Chevalier propone que  los dientes aluden también  a “la barrera defensiva del individuo contra el mundo circundante; las torres y la muralla, respectivamente, de la «ciudad interior»”

Los dientes pueden aludir en este sentido, a los mecanismos de defensa que se construyen en nuestra psique, como reacción a  situaciones particularmente perturbadoras o dolorosas,  para procurar mantener el equilibrio interno y evitar el sufrimiento desbordante. 

Los mecanismos de defensa se pueden llegar a constituir en corazas, aspectos rígidos de carácter que nos impiden ser permeables a nuevas experiencias.  A pesar de que las circunstancias hostiles  que motivaron el despliegue de nuestras defensas ya no se encuentren presentes podemos continuar en “pie de guerra”

En ocasiones la necesidad  de actualizar nuestros mecanismos de defensas, nuestras actitudes, se ve movilizada por una crisis, por una pérdida que nos impide seguir viviendo la vida como lo habíamos hecho.  Se nos promueve entonces el sacrificio de nuestra armadura para poder expresarnos de una manera menos mediatizada por nuestras experiencias del pasado, más abiertos y sensibles a lo que nos propone el  presente y las potencialidades del futuro.

La pérdida de los dientes en los sueños puede, entonces, aludir a la necesidad de actualizar o revisar nuestros mecanismos de defensa. Estos sueños podrían estar señalando que algunas de nuestras estrategias para enfrentar desafíos o protegernos ya no son efectivas o adecuadas, invitándonos a adaptarnos a nuevas circunstancias o a desarrollar formas más saludables de lidiar con ellos.

Los dientes como agarre: el sujeto es lo que nos sujeta

En una carta dirigida a una mujer que le preguntaba sobre el simbolismo de la pérdida de dientes en los sueños, Carl Jung le  explica cómo en el inconsciente persiste, de alguna manera, el modo de interpretación de los pueblos originarios. Señala en este sentido que, en el mundo animal y en circunstancias primitivas, la boca y los dientes son órganos  para el agarre.  

A partir de esta perspectiva, Jung propone que la pérdida de dientes en un sueño simboliza la pérdida de control sobre algo en la vida del soñador. “Si uno pierde los dientes pierde  el control de algo… Ahora bien esto puede significar una pérdida de realidad, una pérdida de relación, una pérdida de autocontrol etc. La pérdida de un diente puede significar la pérdida de una determinada concepción de las cosas, de una opinión actitud hasta entonces válida” 

En cada etapa de nuestro ciclo vital desarrollamos una serie de identificaciones, creencias y puntos de vista a las que nos aferramos como fuentes de seguridad y referentes para nuestra identidad, el sujeto, el ego, es lo que nos sujeta, nos soporta.

Hay dos momentos en el transcurso de la vida en los que los dientes se caen de manera natural,  en la primera infancia, cuando nos están saliendo los dientes permanentes, y en la vejez avanzada. Ambas etapas comparten la experiencia de la  falta de autonomía, la sensación de vulnerabilidad. 

La pérdida de los dientes en los sueños puede aludir a la necesaria experiencia de la disminución de nuestras capacidad para sujetarnos a los aspectos de la psique con los que nos hemos identificado y que  necesitan ser renovados o  actualizados. Los dientes simbolizarían  los elementos que sostienen la resistencia al cambio, lo que nos sujeta a lo que necesita ser transformado.  

La caída de los dientes  como transición, mudanza, paso del tiempo.

Las transiciones en la vida psíquica, así como el desarrollo de la profundidad y la madurez, a menudo se acompañan y están relacionadas con los cambios que experimenta el cuerpo a lo largo del ciclo vital. Estos incluyen las fluctuaciones hormonales que ocurren durante la pubertad o la menopausia, la aparición de signos visibles del envejecimiento como las arrugas o las canas, y la disminución de la flexibilidad o la memoria. Estos cambios físicos reflejan y, a su vez, influyen en nuestra evolución interna, marcando etapas significativas en nuestro crecimiento personal y en la forma en que nos adaptamos a las distintas fases de la vida. 

Hillman propone en este sentido que las particularidades de nuestro cuerpo en cada una de las etapas de nuestra vida  nos expone a las circunstancias necesarias para la construcción del alma, para el despliegue de profundidad e integralidad de la psique.  En la vejez, por ejemplo, la disminución de la capacidad física a menudo se acompaña de una introspección más profunda y una aceptación de la finitud,

Los dientes pueden ser entonces  un símbolo del paso del tiempo y del despliegue de madurez. Expresiones como “tienen dientes de leche” se utilizan para referirse a alguien con inexperiencia en algún ámbito, señalando que aún está en una etapa de desarrollo o aprendizaje. De manera similar, la llamada  “muela del juicio”, que suele salir a finales de la adolescencia, se asocia  a la culminación de un proceso de crecimiento y la adquisición de experiencia o madurez.

 La caída de los dientes como  “humillación” iniciática

La apariencia de nuestros dientes puede influir en cómo nos vemos a nosotros mismos y en cómo somos vistos socialmente. Dientes alineados y saludables a menudo se asocian con juventud, vitalidad y atractivo, mientras que dientes desalineados o en mal estado pueden generar percepciones de descuido o falta de higiene.

La  forma en que mostramos nuestros dientes, ya sea al sonreír o al hablar   puede comunicar aspectos de nuestra personalidad y estado emocional.  Una sonrisa abierta y confiada se suele percibir como un  signo de amabilidad y seguridad, mientras que una sonrisa contenida o taparse la boca mientras se sonríe puede transmitir timidez, baja autoestima  o inseguridad.

Los sueños en los que se caen los dientes pueden rodearse de sentimiento de vergüenza, de inferioridad, relacionados con la apariencia o el atractivo personal. Puede ser también  una metáfora de un sentimiento de inadecuación en algún ámbito. 

Los procesos de maduración en la psique en ocasiones implican, como en los rituales de iniciación, la experiencia de despojo,  una especie de vaciamiento, de humillación y debilitamiento de nuestro ego y  una frustración para nuestras expectativas conscientes, aspectos que pueden estar expresados en los sueños en los que se nos caen los dientes. 

Es crucial aprender a distinguir entre la afectación del ego, que es una parte inevitable del proceso de maduración y que puede resultar en heridas emocionales necesarias para el crecimiento personal, y la vulneración de nuestra dignidad, que debe ser protegida y preservada a toda costa.  Mientras que el ego puede verse desafiado como una oportunidad para el desarrollo,  la dignidad de nuestro ser es fundamental y no debe ser comprometida, ya que su preservación es esencial para mantener nuestra integridad y valía propia. 

La visita al odontólogo: la capacidad curativa de la psique

Un sueño relacionado con la caída de los dientes a menudo incluye la experiencia de acudir al odontólogo. 

En la vida consciente, la visita al odontólogo  puede  estar rodeada de ansiedad y temor, ya que muchas personas asocian las visitas al dentista con dolor, incomodidad y el temor a recibir malas noticias sobre su salud dental.   

En los sueños, este escenario puede amplificar esos sentimientos, reflejando preocupaciones más amplias sobre el bienestar personal, la vulnerabilidad y el miedo a la pérdida o al cambio. La presencia del odontólogo en el sueño puede simbolizar una necesidad de enfrentar y abordar estos temores y ansiedades.   

La ansiedad y el estrés continuado pueden provocar que las personas aprieten y rechinen los dientes de manera inconsciente, lo que puede causar daños significativos en la dentadura. La expresión “rechinar o chocar los dientes” se utiliza para referirse a una manifestación intensa de ansiedad.

Para la psicología junguiana, son inherentes a la psique recursos internos que le permiten realizar los procesos de curación interna.  El acompañamiento terapéutico desde la perspectiva junguiana  se propone favorecer el adecuado funcionamiento de nuestro sanador interno, nuestro chamán, la mujer medicina y otras imágenes  que aluden a la sabiduría natural sanadora que habita y se encuentra operante en la naturaleza, en nuestro organismo, en la psique. 

La imagen del profesional en la salud dental en los sueños puede hacer referencia al factor sanador de la psique específicamente al ámbito de lo relacionado simbólicamente  con la boca y los dientes, esto es la comunicación, la vitalidad, la identidad, la confianza, la autoafirmación.

Las particularidades del odontólogo y las circunstancias singulares de esa visita nos pueden dar cuando de la manera como se encuentra la relación con ese espectro sanador y nos puede orientar sobre caminos posibles para fortalecer dicho vínculo. 

Preguntas orientadoras para los sueños de caída de dientes

Cuando soñamos  que se nos caen los dientes, hay varias preguntas que nos  pueden servir para explorar el significado del sueño en un contexto más personal y profundo. 

¿Qué emociones sentiste durante el sueño?

Esto puede ayudar a entender el estado emocional del soñador y las posibles ansiedades o miedos que el sueño está reflejando.

¿En qué contexto se caían los dientes?

Saber dónde estaba el soñador y qué estaba haciendo cuando se le cayeron los dientes puede ofrecer pistas con respecto a los  aspectos de la psique a los que esta aludiendo el sueño-

¿Cómo reaccionaron las personas a tu alrededor en el sueño?

¿Qué dientes se caían?

Diferentes dientes pueden simbolizar diferentes aspectos de la vida del soñador ( dientes frontales podrían relacionarse con la apariencia o la imagen pública, mientras que los molares podrían relacionarse con la capacidad de masticar o procesar experiencias).

¿Qué estaba pasando en tu vida cuando tuviste ese sueño?

Relacionar el sueño con eventos recientes o cambios en la vida del soñador puede ayudar a identificar qué áreas están generando ansiedad o necesidad de cambio.

¿Has tenido sueños similares antes?

Esto puede indicar un tema recurrente en la vida del soñador que necesita ser abordado.

¿Te preocupa la salud, la apariencia o el envejecimiento?

Estos son temas comunes que los sueños de dientes pueden simbolizar, y explorar estas preocupaciones puede ofrecer más claridad.

¿Te sientes inseguro o vulnerable en algún aspecto de tu vida?

La pérdida de dientes puede simbolizar inseguridad o vulnerabilidad, por lo que esta pregunta puede ayudar a identificar fuentes de estos sentimientos.

¿Hay algo que sientes que estás perdiendo o temes perder?

Esto puede ayudar a conectar el sueño con miedos no conscientes sobre la pérdida, ya sea física, emocional o social.

¿Cómo te sentiste al despertar de este sueño?

Las emociones inmediatas al despertar pueden proporcionar pistas sobre el impacto y la importancia del sueño en la vida del soñador.

Daniel Ulloa Quevedo

Psicólogo Clínico – Psicoterapeuta Junguiano

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Referencias Bibliográficas

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