Simbolismo de los sueños en el reino fungi 

Los sueños son considerados para la psicología junguiana como  productos de la naturaleza; emanaciones de aquella fuerza creativa que se encuentra implícita  en el tejido de las hojas de los árboles, en nuestra piel y en las expresiones culturales y artísticas. Se les atribuye, por lo tanto, una sabiduría intrínseca que se expresa por medio  de las imágenes  y situaciones que experimentamos en el mundo onírico.

Se plantea que los sueños  funcionan como  una ventana o  puente con los contenidos psíquicos inconscientes, esto es, con los  conflictos, miedos, motivaciones,  y potencialidades no desplegadas, que  inciden en nuestra forma de pensar, sentir y actuar sin que nos demos cuenta.  

Una particularidad destacada de los sueños es que su contenido se estructura en un lenguaje simbólico. Esto implica que para comprender su significado profundo, es necesario llevar a cabo una  interpretación, esto es, un proceso hermenéutico  que nos permita desentrañar las metáforas  y símbolos que subyacen a sus imágenes y que trasciende la lectura literal o superficial. 

El trabajo interpretativo que se lleva a cabo con los sueños es similar al que podemos realizar con un texto literario o una película, y es una herramienta ampliamente utilizada en los procesos de psicoterapia junguiana.

La aproximación subjetiva

Se considera que los diferentes elementos que componen los sueños, como los escenarios, personajes y objetos, poseen una simbología única y reveladora que está relacionada con la dinámica evolutiva de nuestra psique. Estos símbolos oníricos dependen de cada individuo que sueña, reflejando su historia personal, experiencias y procesos internos. 

Al soñar  con  hongos será relevante indagar entonces sobre la especificidad del hongo de nuestros sueños, el sustrato en el que se encuentra, el rol que está jugando al interior del sueño.  No es lo mismo soñar, por ejemplo, que tenemos hongos en la piel,  que comemos  champiñones  o  vemos hongos silvestres en un bosque.  

 Es igualmente  necesario indagar sobre las asociaciones particulares del soñante con respecto a los elementos del sueño. Una persona que le gusta cocinar con  hongos  o los suele recolectar tendrá asociaciones diferentes de una persona que ha tenido una relación más tangencial con ellos.  

Para Jung, los sueños desempeñan una función compensadora de la actitud consciente. Esto implica que los sueños buscan equilibrar y compensar los aspectos de la psique que han sido relegados o reprimidos. Por lo tanto   se considera indispensable indagar  sobre las creencias y actitudes del soñante, y así, identificar cuáles son los aspectos dominantes de su personalidad que pueden estar siendo compensado por los sueños. 

Amplificación

 A partir de la  contextualización e identificación de los significados personales del soñante, junto con el reconocimiento de la actitud consciente,  es posible escoger el material simbólico proveniente de la mitología, el folklore y el arte universal que puede aportar imágenes  y metáforas que complementan el sentido del sueño.

 La complementación de los significados personales mediante la utilización de imágenes de la simbología universal se le conoce como amplificación.

La amplificación tiene como objetivo extender el marco comprensivo de nuestros dramas y conflictos personales a un nivel colectivo, y nos brinda caminos posibles de actuación basados en la experiencia acumulada de la humanidad en millones de años. 

Además de las imágenes de la simbología universal, las descripciones científicas sobre elementos o fenómenos específicos también pueden ser incorporadas como imágenes que enriquecen la actividad de la amplificación. 

 El reino fungi

Los hongos desde la perspectiva biológica hacen parte del reino fungi con características singulares que los diferencia de las plantas y los animales.

 Una de sus  particularidades   es que se reproducen a través de esporas, como las plantas, pero a diferencia de ellas,  que obtienen su alimento de elementos inorgánicos a través de la fotosíntesis,   los hongos obtienen sus nutrientes a partir de la absorción  de  materia orgánica ya formada, lo que es más cercano al modo en que lo hacen los animales.

Las  actividades  de los hongos se consideran  imprescindibles  para el funcionamiento  del ecosistema terrestre.  Destacan por su papel como recicladores naturales  ya que  sus propiedades para descomponer permiten que la materia orgánica que muere  se convierta nuevamente en sustento de vida.  Tienen incidencia además en la regulación del clima, en  la química atmosférica,  en la purificación del agua y el sostenimiento de la biodiversidad.  

El reino fungi es una agrupación de organismos bastante diversos entre los que se encuentran las  levaduras, líquenes, trufas,  hongos bioluminiscentes, alucinógenos entre muchos otros.

Los hongos se distribuyen ampliamente en la naturaleza, desde los bosques y praderas hasta los ambientes acuáticos y desérticos. Además, muchos hongos encuentran su hábitat en nuestro propio cuerpo, colonizando áreas como la piel, las uñas y los órganos internos.

A lo largo de la historia y en diferentes culturas, los hongos han sido valorados por su importancia en diversas áreas. En el ámbito religioso, han sido utilizados en ceremonias y rituales como una herramienta para la conexión espiritual y la búsqueda de visiones. En cuanto a su valor nutritivo, los hongos son apreciados como una fuente de alimento, aportando sabores y texturas únicas a la gastronomía. Además, en medicina, muchos hongos se han utilizado tradicionalmente para tratar diversas afecciones y como fuente de compuestos bioactivos con propiedades terapéuticas.

 Los hongos como imagen 

La imagen de los hongos ha funcionado para  encarnar en diferentes culturas aspectos arquetípicos de la existencia humana, como: la vida, la muerte, la regeneración, la interdependencia y la conexión con lo divino.

Es posible encontrar representaciones de hongos  en pinturas rupestres y piezas artesanales de todo el mundo.  Sus llamativas formas y colores han inspirado la imaginación de artistas desde los inicios de la humanidad.   Se les menciona de manera frecuente  en  los cuentos de hadas,  con las que se les suele relacionar. 

El mundo subterráneo

En algunas culturas los hongos han sido asociados  con el inframundo o el reino de los muertos, con el espacio donde habitan los espíritus de los ancestros.  Esta asociación se debe a la capacidad de los hongos de crecer y florecer en lugares oscuros y subterráneos, como cuevas, bosques sombríos o incluso bajo tierra. 

El fragmento que vemos del hongo es su cuerpo fructífero sin embargo la mayor parte de su materia está constituida por unas estructuras filamentosas llamadas hifas. La  masa total de hifas entrelazadas conforma la estructura principal del hongo llamada micelio, este se extiende  a través del suelo o la sustancia en descomposición y actúa como una especie de red que permite al hongo absorber los nutrientes para su alimentación.

El reino fungi funciona entonces como una imagen apropiada  para representar el ámbito de los inconsciente, esto el, el “espacio” psíquico en él habitan los  aspectos de nuestra psique que nos son visibles pero son operantes en nuestra vida. 

Los secretos familiares, los traumas, los patrones de relación no conscientes, nuestros miedos, los potenciales no desarrollados, las pulsiones instintivas hacen parte del reino de lo inconsciente condicionando nuestro accionar y tiñendo la manera como percibimos la realidad.  

Para la psicología junguiana lo inconsciente no  es visto solamente  como un reservorio  de aspectos reprimidos sino que se considera como la fuente o la matriz de la que emerge todo lo manifestado.   El diálogo con lo inconsciente se  considera indispensable para sanar nuestras heridas, integrar potenciales latentes y nutrirnos de la sabiduría orientadora de nuestra naturaleza. 

Los sueños con hongos pueden ser en ocasiones un llamado a un  “viaje” por las profundidades de nuestro ser.  La psicoterapia junguiana se propone como una acompañamiento en nuestros viajes de descenso al “inframundo”, que es asumido como el espació psíquico de la regeneración y la transformación. 

 En el mundo subterráneo se encuentra el “tesoro difícilmente alcanzable”, esto es, aquello que dota de significado a nuestra vida y que necesita ser actualizado en diferentes momentos del camino.   El descenso es entonces paradójicamente un ascenso en el proceso de despliegue de consciencia y maduración.  

Dualidad, polaridad, mutualidad

En algunas culturas los hongos han sido considerados como el alimento de los dioses, asociándose con la sabiduría, la fertilidad y la abundancia, en otras por el contrario se les relaciona con lo demoníaco, lo tóxico o lo maligno. 

Algunas especies de hongos son venenosas y mortales, mientras que otras son comestibles y nutritivas.  En las dosis apropiadas algunas especies  de hongos son utilizados por ejemplo como antibióticos para combatir enfermedades.

Los hongos pueden ser vistos entonces como un símbolo de las polaridades complementarias que nos constituyen,  una noción que atraviesa el modelo funcionamiento de la psique desde la perspectiva junguiana.  Para Jung es  “el antiguo drama de los opuestos” el que se lucha en cada vida humana.

Se plantea que la energía necesaria para el crecimiento y la maduración de la personalidad surge de la tensión de  polaridades que conforman nuestra  psique, como lo son el consciente y el inconsciente, lo masculino y lo femenino, la introversión y la extroversión, la persona y la sombra.

Se considera igualmente  que los elementos que conforman una polaridad son interdependientes y forman una unidad inseparable, de manera que un polo no puede existir sin el otro. Cuando nos identificamos con alguno de los polos y lo asumimos en términos absolutos en lugar  de relativos, dinámicos y cíclicos,  se genera un desequilibrio, se rompe la vinculación interna que permite el movimiento armónico, complementario.  

Algunos tipos de hongos tienen la capacidad de fusionarse con otros organismos, como plantas o árboles, en un fenómeno conocido como simbiosis o micorriza. En esta relación simbiótica, los hongos establecen una asociación mutuamente beneficiosa con las raíces de las plantas.

La micorriza permite que los hongos obtengan nutrientes y agua de la planta huésped, a la vez que los hongos ayudan a la planta a absorber nutrientes del suelo de manera más eficiente. Esta simbiosis beneficia tanto a los hongos como a las plantas involucradas, ya que se promueve un intercambio simbiótico que contribuye al crecimiento y la salud de ambas partes.

Los hongos en los sueños  pueden recordarnos entonces que en cada aspecto oscuro o incómodo al que nos vemos expuestos  hay un potencial para el crecimiento, maduración o curación.  Nos permiten reconocer la funcionalidad de cada emoción en nuestra psique y la necesidad de educarnos para que se puedan expresar en la dosis apropiada y en la circunstancias oportunas. 

Nos enseñan que la vida no sigue un curso lineal sino cíclico con altibajos que son fuente de energía y transformación.  Que somos seres sociales, que nos construimos  y somos a través de la relación con los otros, que nos complementan.  Y que es indispensable reconocer la interdependencia que nos vincula con el resto de los elementos de la naturaleza.

La función trascendente

Los líquenes  surgen a partir de la fusión o simbiosis entre hongos y algas;   son dos organismos diferentes que se unen para formar una entidad única y funcional.  Pueden simbolizar entonces la tendencia de la psique hacia la conjunción de los opuestos complementarios.

La capacidad de la psique de formar un tercero, una síntesis superior, a partir de la tensión de las polaridades internas fue denominada por Jung como función trascendente.  

Se plantea que el orden superior  se construye, no como un acto de voluntad del ego, sino más bien a partir de  la disposición a soportar la tensión de las oposiciones internas.  De esta oposición emerge una nueva síntesis más compleja que la anterior, que no es ni lo uno ni lo otro, sino lo mejor de ambos aspectos.

Los hongos en los sueños pueden  representar entonces en ocasiones  el movimiento de la psique hacia la manifestación de una conjunción de aspectos polares. Es decir, el desarrollo de la habilidad de percibir como una paradoja lo que previamente  experimentamos como una contradicción.

 El micelio como “el espíritu de las profundidades”

El micelio es una red subterránea de filamentos delgados y ramificados que se encuentra en la base de los hongos. Es un organismo invisible a simple vista pero juega un papel fundamental en el ecosistema, ya que se puede  extender y conectar entre sí a través del suelo abarcando cientos de hectáreas , interconectando árboles, plantas y otros organismos en una vasta red de comunicación subterránea. 

El micelio funciona como una  imagen adecuada para representar lo que Jung denominó en su Libro Rojo el “espíritu de las profundidades”.

El «Espíritu de las Profundidades» representa las fuerzas primordiales y arquetípicas del inconsciente colectivo; encarna la sabiduría ancestral, la oscuridad, los instintos profundos de la psique humana. Como el Micelio es lo eterno oculto que nutre y subyace a lo efímero manifestado.  

¿Tiene que ver con lo eterno?

Para Jung el cuestionamiento fundamental que nos podemos hacer sobre cualquier aspecto en nuestra vida, es si guarda relación con lo eterno,  con lo infinito, con lo esencial o tiene que ver más con intereses cambiantes y superficiales. 

La  identificación  y persecución de  falsos valores se plantea como  directamente relacionado con la insatisfacción interna.  “Cuando se comprende y siente que se está unido, ya en esta vida, a lo  eterno, cambian los deseos y actitudes. En última instancia, uno se rige sólo por lo esencial, y si no se posee esto se ha malgastado la vida” planteó en su autobiografía. 

Los hongos existen hace decenas de millones y tienen la capacidad de vivir muchísimo tiempo. Se calcula que el Micelio de un hongo en Oregón  tiene más de 2400 años. Por esta capacidad de prolongarse de distintos modos  en el tiempo se les ha asociado  en algunas tradiciones chinas y japonesas con la longevidad y la buena salud. 

Los  hongos en los sueños pueden ser un recordatorio sobre el cuestionamiento fundamental acerca de lo accesorio o lo fundamental en nuestra vida.

Lo eterno tiene que ver con el sentido, con lo que alimenta y nutre el alma más allá de las apetencias inmediatas y superficiales de nuestro ego.   El  sentido y significado de la vida, “la buena salud del alma”,   es necesario irla actualizando a lo largo de la vida. Lo que nos alimentó en una etapa  puede llegar a ser tóxico en otra.  

La trama de la vida

El micelio como red subterránea intercomunicativa  evoca  el inconsciente colectivo planteado por Jung.  El inconsciente colectivo se plantea  como una matriz simbólica de la que emergen los patrones, necesidades y motivos primordiales que nos vinculan a todos los seres humanos como especie y que fueron denominados por Jung como arquetipos. 

 El planteamiento de lo inconsciente colectivo está relacionado con la imagen del anima mundi o alma del mundo  que de acuerdo varios sistemas de pensamiento, presupone una conexión intrínseca entre todos los seres vivos.    

El concepto de lo inconsciente colectivo permite entender circunstancias  de interconexión no directa, ni causal como la que se presenta en los fenómenos relacionados con la sincronicidad. Es el caso de los descubrimientos científicos que se suceden de  manera simultánea sin que los investigadores hayan establecido un intercambio de información como sucedió con la postulación casi en paralelo de la teoría de la evolución por parte de Darwin y Wallace.  

Los sueños en los que se manifiestan fenómenos telepáticos pueden entenderse también como la manifestación de la interconexión no causal que hace parte de la hipótesis de lo  inconsciente colectivo. 

Los hongos en los sueños pueden ser una invitación a reconocer nuestros conflictos personales como parte de un tejido  más amplio y colectivo en el cual todos estamos involucrados.  También el reconocer  como nuestras acciones u omisiones tienen efecto y se  retroalimentan de la trama de la vida de la que hacemos parte. 

Vida, muerte y renacimiento. 

Los hongos suelen aparecer en lugares donde algo ha muerto o está en proceso de deterioro, como la corteza de árboles viejos, hojas caídas o materia orgánica en descomposición. Estos hongos desempeñan un papel biológico fundamental en el ecosistema, ya que actúan como poderosos recicladores naturales.

Su labor consiste en descomponer la materia orgánica muerta, liberando nutrientes y energía que vuelven a estar disponibles en el ciclo de la vida. Al descomponer la materia muerta, los hongos contribuyen a la liberación de nutrientes esenciales en el suelo, que luego pueden ser utilizados por otras plantas y organismos. Además si no fuera por ellos, un bosque, por ejemplo, se ahogaría con la acumulación de la materia que no entrara  en procesos de descomposición.  

Los hongos pueden considerarse entonces como mediadores y facilitadores de los ciclos  de muerte, renovación y renacimiento en la naturaleza,  aspectos a los que se les ha asociado en diversas tradiciones.   

La nigredo o la “putrefacción”

Jung encontró importantes correspondencias en su modelo de evolución y transformación psíquica con las imágenes de los  tratados alquímicos. 

Las operaciones alquímicas, como la destilación, la fermentación, la calcinación y la coagulación, se llevan a cabo con el propósito de transformar la materia prima en algo más puro y elevado. Eso más puro y elevado, “la piedra filosofal” de los alquimistas,  representa según Jung la meta del proceso de maduración psíquica, que  se propone como un refinamiento de la personalidad, que va desde lo denso a lo sutil, de lo concreto o literal a lo simbólico.  

La nigredo o putrefacción es la etapa inicial en  la que la materia se somete a un proceso de putrefacción y descomposición que permite  separar las impurezas y aspectos indeseables de la materia para poder avanzar en el proceso alquímico.  La descomposición de la materia vieja y corrompida es necesaria para permitir el surgimiento de una nueva forma purificada y más refinada. 

En términos psicológicos la nigredo se refiere a las fases de oscuridad y disolución de los aspectos de la psique que necesitan ser actualizados.  Se manifiesta como el tránsito por estados de  depresión, desesperanza y desorientación  que son el preludio al renacimiento en un orden psíquico de mayor complejidad.

 Las crisis que de tanto en tanto atravesamos a lo largo de la vida son la manera como la psique nos convoca a transitar por las profundidades de la tierra para experimentar un proceso de purificación que nos permite renacer como un ser más maduro, complejo y  refinado. 

Los hongos  que aparecen en los sueños pueden representar entonces en ocasiones  las   cualidades descomponedoras de la psique que nos  permiten actualizar y renovar la personalidad. 

Portales al mundo sutil

En diversas culturas ancestrales los hongos con propiedades alucinógenas han sido utilizados en rituales chamánicos para establecer comunicación con los espíritus y antepasados. Se considera que estos hongos permiten a los participantes trascender la realidad cotidiana y adentrarse en un estado de conciencia expandida, donde pueden entrar en contacto con el mundo sutil, con lo que se encuentra más allá de lo evidente. 

Los hongos pueden aparecer  en nuestro mundo onírico  quizás cuando hay la necesidad de expandir la perspectiva sobre algún aspecto de nosotros mismos o de la realidad trascendiendo el punto de vista racional. 

 Uno de los objetivos que se propone la psicoterapia junguiana es el cultivo de la conciencia simbólica o poética.  La aproximación simbólica  nos permite  acceder a la  percepción profunda y polisémica  de las circunstancias que atravesamos a lo largo de la vida. Nos permite reconocer  de qué manera  dichas circunstancias en muchas ocasiones nos interpelan y nos convocan a la reflexión sobre nuestro propio mundo interior.

Resiliencia y adaptabilidad

Los hongos son capaces de crecer y sobrevivir en diversos ambientes, incluso en condiciones extremas como rocas, desiertos o regiones polares. Han sobrevivido a las varias extinciones masivas que han sucedido en el planeta.   

Algunos investigadores plantean que en ellos puede estar la clave  para encontrar  estrategias que permitan paliar el impacto nocivo del desarrollo industrial que está poniendo en riesgo la continuidad de la vida humana en el planeta. 

Esta gran capacidad de adaptación y resistencia puede hacer ver a los hongos  como un símbolo de la capacidad de nuestra psique para atravesar desafíos y adversidades, así como para encontrar recursos internos para crecer y florecer en circunstancias difíciles.

 Los hongos en los sueños pueden estar representando estos recursos internos de sanación y recuperación que son los que se propone identificar, apoyar, favorecer y cultivar en los procesos de psicoterapia junguiana. 

Decadencia e infección

Los hongos son organismos que se desarrollan en ambientes de descomposición orgánica. Por lo tanto, se les puede relacionar con la idea de decadencia y degradación.   También pueden ser considerados símbolos de infección ya que algunos tipos de hongos son patógenos y pueden causar infecciones en plantas, animales y humanos.  Tiene además la capacidad de propagarse rápidamente y algunas infecciones fúngicas pueden ser difíciles de tratar. Algunos hongos son venenosos y si se consumen pueden provocar enfermedades o incluso la muerte.

 Los hongos pueden representar entonces en ocasiones los aspectos de la psique que es necesario contrarrestar porque están funcionando como factores que nos  desvitalizan, merman nuestra energía, la confianza o el sentimiento de valía propia.

 Los hongos pueden aludir  entonces a pensamientos obsesivos, sentimientos de culpa abrumadores, heridas psíquicas no sanadas o  a conductas autodestructivas como las adicciones que resultan difíciles de contener y no pueden ser abordadas de manera superficial. 

Los hongos en los sueños pueden representar también las epidemias psíquicas a los que nos vemos expuestos como sucede con las llamadas teorías conspirativas o el efecto psíquico de las campañas para incubar miedo sobre determinados colectivos humanos, que se propagan rápidamente a través de rumores.  Fenómenos colectivos que merman nuestra capacidad de pensar y razonar con objetividad. Podemos estar contaminados por discursos y narrativas sin fundamento que repetimos y contribuimos a propagar sin darnos cuenta. 

Lo ctónico como compensación al desarraigo colectivo

Para Jung el alejamiento de la perspectiva simbólica propio de la modernidad ha generado un desequilibrio, una crisis colectiva que exige la transformación de principios y símbolos básicos. Lo anterior se manifiesta como un estado de escisión, de fragmentación, que es a la vez síntoma y expresión de la transición a un nuevo orden.

La fascinación por los hongos y sus imágenes -que parece haberse intensificado en los años recientes- puede estar relacionado con  la emergencia de energías ctónicas y telúricas que emergen, desde la perspectiva junguiana,  para compensar  la sobresaturación colectiva de lo artificial, de lo mecánico, de lo digital, así como por la identificación unilateral con el intelecto, con la luz,  con el crecimiento lineal. 

Lo ctónico es un término que proviene de la palabra griega «chthonios» y se  utiliza para describir elementos, seres o conceptos que están relacionados con la tierra, la oscuridad, lo carnal, lo infernal,  lo subterráneo.

En el ámbito de la mitología y la literatura, lo ctonico se refiere a las deidades, criaturas o fuerzas divinas que tienen su morada o influencia en el mundo subterráneo o en las profundidades de la Tierra.  Pan, Baco y Dioniso son figuras tradicionalmente asociadas a estas representaciones.

Para Jung lo ctónico está conectado a la sangre y el suelo. Hace referencia a  todo aquello que hunde sus raíces en la tierra, donde todas las cosas mueren, se descomponen y retornan a la condición de elementos primarios.

Los sueños con hongos pueden entonces aludir en ocasiones al anhelo de oscuridad que  la artista China Galland   describe de la siguiente manera  “el anhelo por la oscuridad es una necesidad humana profundamente sentida. Esta es una oscuridad multivalente. Esta es la oscuridad de la sabiduría antigua , de la gente de color, del espacio, del útero, de la tierra, de lo desconocido, del dolor, de la imaginación, de la oscuridad de la muerte, del corazón humano, del inconsciente, de la oscuridad más allá de la luz, de la materia, del descenso, del cuerpo”

Se relaciona el anhelo de oscuridad con la trascendencia  del «yo» individualista y solitario para acoger  la perspectiva de un  «nosotros» comunal e interconectado con la naturaleza y con los  diferentes elementos que la componen.

Preguntas orientadoras para los sueños con hongos

  • ¿Qué papel juegan los hongos en el sueño? Observa su apariencia, características y cualquier interacción que tengan en el sueño. ¿Son prominentes o están en segundo plano?
  • ¿Cuál es tu asociación personal con los hongos que aparecen en el sueño? ¿Te inspiran temor, curiosidad, fascinación o algún otro sentimiento? Considera tus experiencias pasadas, creencias culturales y conocimientos sobre los hongos.
  • ¿De las representaciones colectivas sobre los hongos hay alguna que resuene con el contexto del sueño? Muerte, vida y regeneración;  conexión con el mundo sutil,  actualización de sentido, sincronicidades, interconectividad, etc. 

Daniel Ulloa Quevedo

Psicólogo Clínico – Psicoterapeuta Junguiano

Contacto

Referencias Bibliográficas

Cirlot JE. Diccionario De Símbolos. Barcelona: Siruela; 2018.

Chevalier J Gheerbrant A. Diccionario De Los Símbolos. 3a ed. Barcelona: Editorial Herder; 1991

Hillman J. El Sueño Y El Inframundo. Barcelona: Paidós; 2004

Jung, C. G. (1982). Energética psíquica y esencia del sueño. Barcelona: Paidós.

Jung, C. G. (1990). Las relaciones entre el Yo y el Inconsciente. Barcelona: Editorial Paidós.

Jung, C. G. (1991). Arquetipos e Inconsciente Colectivo. Barcelona: Editorial Paidós

Jung, C. G. (2001). Los complejos y el inconsciente. Barcelona: Alianza Editorial

JUNG, C. G. (2014). Civilización en transición. Volumen 10, Volumen 10

Deja un comentario