Imágenes de un tarot patagónico: los arcanos en el Libro Rojo de Jung 

El Libro Rojo es un manuscrito ilustrado en el que Carl Jung estuvo trabajando entre 1914 y 1930. En el libro se refleja el proceso de autoexploración y confrontación que Jung experimentó con las imágenes de lo inconsciente.

El método que utilizó Jung para esta interacción con lo inconsciente fue denominado imaginación activa. Esta consiste  en una especie de diálogo con los personajes interiores que emergen en las fantasías y los sueños. 

Además de la descripción de los sueños y visiones que hicieron parte de esta exploración,  el libro contiene  una serie de reflexiones y análisis simbólicos relacionados con dichas imágenes.   

En su autobiografía Jung mencionó que los contenidos que plasmó en el  Libro Rojo fueron la “prima materia” para el trabajo que posteriormente desarrolló de manera conceptual a lo largo de su vida.

El Libro Rojo estuvo inédito por voluntad de Jung  hasta la publicación que sus descendientes autorizaron en el 2009.  Desde entonces ha despertado un profundo interés en los estudiosos de la obra junguiana  ya que se considera que las imágenes y los textos que contiene  son  ilustrativos no solo como modelo de un proceso de individuación esquemático sino también de los movimientos por los que está transitando la consciencia de la  humanidad como colectivo. 

El proceso  de individuación

 El proceso de desarrollo psíquico es concebido por la psicología junguiana como un movimiento evolutivo de diferenciación de lo inconsciente primordial, que transcurre de una manera que no es lineal sino más bien en espiral.

La diferenciación  es lo que permite  la construcción de un  ego que para su ideal funcionamiento, necesita ser lo suficientemente fuerte para no ser disuelto por lo inconsciente, y a la vez,  con la flexibilidad apropiada para conseguir nutrirse  y ser afectado por el influjo de lo arquetípico, esto es,   de  lo instintivo, de las pulsiones internas que contienen la sabiduría atemporal de la naturaleza.

En el Libro Rojo:

 Por eso, la aspiración natural de la criatura se dirige a la diferenciación, a la lucha contra la peligrosa igualdad originaria. A esto se lo denomina principium individuationis,  Este principio es la esencia de la criatura. Vosotros veis, pues, por qué la indiferenciación y el no-diferenciar son un gran peligro para la criatura.

El viaje heroico

Jung plantea que el personaje heroico que suele hacer presencia con infinidad de variaciones en los mitos y narraciones de todas las culturas  representa de manera simbólica esta  dinámica evolutiva de la psique, es decir, el viaje de transformación y maduración interior al que todos estamos convocados y compelidos. 

Jung abandonó la escritura del Libro Rojo en 1930 cuando encontró que  los tratados alquímicos podían considerarse como la mejor expresión simbólica del proceso de individuación, se enfocó desde entonces en explorar y profundizar con dichas imágenes. 

Lenguajes simbólicos del proceso de transformación

Además de la alquimia, el  viaje heroico  de transformación encuentra correspondencia en otras tradiciones  expresiones filosóficas y lenguajes simbólicos  como la cábala, la astrología, el I Ching o los arcanos del Tarot. 
 

Jung manifestó en uno de sus seminarios   «Si uno quiere formarse una imagen del proceso simbólico, la serie de imágenes encontradas en la alquimia son buenos ejemplos… También parece como si el conjunto de imágenes de las cartas del Tarot descendiera lejanamente de los arquetipos de la transformación.. El proceso simbólico es una experiencia en imágenes y de imágenes. Su desarrollo suele mostrar una estructura de enantiodromia  (vuelta al contrario) como el texto del I Ching, por lo que presenta un ritmo de negativo y positivo, pérdida y ganancia, oscuridad y luz..»

La muerte del héroe

La noción del héroe solar como expresión simbólica del movimiento evolutivo de la psique y su manifestación en la mitología de las diferentes culturas fue profundizada de manera minuciosa por el mitólogo Joseph Campbell

 Bernardo Nante, que prologó la edición en español del Libro Rojo propone entender el Libro Rojo como una actualización del mito del héroe tradicional para nuestros tiempos en el que paradójicamente el héroe debe “matar al héroe” para entregarse a la oscuridad, al contrasentido.

 Este sacrificio se constituye en un tránsito necesario para la integración de aspectos desatendidos y denostados por el espíritu de la época, esto es: lo femenino, lo simbólico, lo inefable, la imaginación; así como para el reconocimiento de los aspectos polares que nos constituyen como  una unidad de elementos interdependientes: bien-mal, vida-muerte, salud-enfermedad, cordura-locura etc.

El dios venidero

En el Libro Rojo se anuncia el surgimiento de un dios venidero, esto es, de una confluencia de nuevos valores, principios y actitudes  que vienen a reemplazar los que predominan en el espíritu del tiempo,  que han entrado en crisis al resultar caducos e insuficientes. 

Se propone el surgimiento de un suprasentido que emerge de la función entre el sentido y el contrasentido. Se menciona  “el espíritu de la profundidad” como  promotor de dicha transformación.

En el Libro Rojo:

He aprendido que, además del espíritu de este tiempo, aún está en obra otro espíritu, que domina la profundidad de todo lo presente. El espíritu de este tiempo sólo quiere oír acerca de la utilidad y el valor .. Pero no reparé en que el espíritu de la profundidad posee, desde antaño y en todo el futuro, más poder que el espíritu de este tiempo que cambia con las generaciones. El espíritu de la profundidad tomó mi entendimiento y todos mis conocimientos, y los puso al servicio de lo inexplicable y de lo contrario al sentido. Me robó el habla y la escritura para todo lo que no estuviera al servicio de la fusión mutua de sentido y contrasentido, que da por resultado el suprasentido.

Los arcanos del Tarot y el fluir evolutivo de la vida

En las imágenes del Tarot confluyen al parecer influencias de la tradición europea medieval, del misticismo egipcio, la cábala judía y  la filosofía hermética. Su origen se ubica alrededor del siglo XV entre Italia y Francia. El Tarot de Marsella, que se considera como de los más tradicionales, consta de 78 cartas, 22 arcanos mayores y 56 menores.  

Los arcanos del tarot pueden ser  considerados  como imágenes arquetípicas  que dan cuenta del fluir y el acontecer evolutivo de la vida. Jung se refirió a los  arcanos del tarot en alguna ocasión  como “imágenes psicológicas,  símbolos con los que se juega. Por ejemplo, el símbolo del sol, o el símbolo del hombre colgado por los pies, o la torre golpeada por un rayo, o la rueda de la fortuna, y así sucesivamente. Esas son ideas arquetípicas, de naturaleza diferenciada, que se mezclan con los componentes ordinarios del flujo del inconsciente y, por lo tanto, es aplicable a un método intuitivo que tiene el propósito de comprender el flujo de la vida”

La analista junguiana Sally Nicholls profundizó en su libro Jung y el Tarot (1980) en la noción de los arcanos como imágenes del proceso de individuación. Dicho texto sigue siendo una referencia para la aproximación psicológica hacia las imágenes del tarot. 

Los arquetipos son como los lechos de los ríos

El Chaltén
El Chaltén

Las imágenes arquetípicas como las que se reflejan en los arcanos del  Tarot, se expresan de manera diferencial en los distintos contextos culturales en las que emergen, sin embargo se considera que los arquetipos a los que aluden dichas imágenes son universales y atemporales. 

Para Jung «Los arquetipos son como los lechos de los ríos, que se secan cuando el agua los abandona, pero que pueden recuperarse en cualquier momento. Un arquetipo es como un viejo cauce a lo largo del cual el agua de la vida ha fluido durante siglos, hollando una vía profunda para sí misma. Cuanto más tiempo haya estado fluyendo por ese canal, más probable será que tarde o temprano el agua regrese a su viejo lecho» 

Las  imágenes arquetípicas  tienen un efecto fascinante y movilizador en la psique. Donde quiera que emergen evocan algo de lo misterioso, lo eterno, lo poderoso e inefable.

 Potencias primordiales 

Cada arcano del tarot se puede entender como una potencia primordial que incide en el devenir de nuestra existencia, en algunas culturas estos aspectos fueron nombrados como dioses o demonios.

En el Libro Rojo:

Los dioses son favorables y desfavorables, impersonales, almas de las constelaciones, influencias, fuerzas, abuelos de las almas, soberanos en el mundo celestial, tanto en el espacio como en la fuerza. No son ni peligrosos ni benévolos, son fuertes pero flexibles, elucidaciones del pleroma y del eterno vacío, configuraciones de las características eternas.

El viaje heroico como anhelo de totalidad,  reencuentro con el alma

El Chaltén
El Chaltén

En los mitos e historias, se destaca un elemento o circunstancia que despierta un anhelo profundo en el personaje heroico: un tesoro escondido, el Santo Grial, la tierra prometida, la piedra filosofal, el amor verdadero. 

Desde una perspectiva psicológica este anhelo representa la búsqueda de significado, sentido e identidad que es inherente a la psique. Este sentido, aquello que nos permite sentirnos realizados, con una vida que merece ser vivida, necesita ir siendo actualizado a lo largo de la vida. Las prioridades, valores y sentidos que fueron referentes en nuestra adolescencia, por ejemplo, no son los mismos que cuando entramos en la vida adulta.

Este impulso interno para la autorrealización puede ser nombrado como un anhelo de totalidad, se manifiesta como el despliegue paulatino de nuestros potenciales singulares. El despliegue de nuestros potenciales es promovido por las circunstancias a las que nos exponemos y nos van confrontando a lo largo de la vida. 

En el  Libro Rojo el anhelo de totalidad es  descrito como un viaje a oriente, en busca del “amanecer”, del despliegue de consciencia.

..viajo por la tierra verde, merodeo por los bosques y doblo el pasto joven. Hablo con los árboles y los animales del bosque y las piedras me indican el camino.. Y así camino hacia el Lejano Oriente. No es que sepa cuál es mi lejana meta. Adelante veo horizontes azules: me bastan como meta. Corro a Oriente hacia  mi amanecer. Quiero mi amanecer..

El viaje se plantea también como un reencuentro con el alma, con la interioridad

Como un caminante cansado que nada ha buscado en el mundo, más que el mundo mismo, he de presentarme a mi alma. He de aprender que, detrás de todo, finalmente yace mi alma, y que si atravieso el mundo es, al final, para encontrar mi alma. Ni siquiera los hombres más preciados son meta y fin del amor que busca, ellos son símbolos de la propia alma.

Los arcanos del Tarot pueden ser entendidos como imágenes arquetípicas, expresiones singulares de la totalidad,  tránsitos necesarios para la expresión de la integralidad de la psique.

La Patagonia como símbolo

Bahía La Patahia
Bahía La Patahia

La Patagonia es una área geográfica, histórica  y cultural ubicada en el extremo sur  de América del Sur.   Comprende territorios del sur de Chile y Argentina.

  El nombre de la Patagonia se le atribuye  a las impresiones que tuvieron los primeros exploradores foráneos con respecto a los  Tehuelches, habitantes originarios de la zona, que eran de gran estatura y  fueron descritos como “gigantes” de “patas-grandes”. 

La Patagonia como «tierra de gigantes» funciona de manera apropiada como paisaje simbólico en el que habitan los arquetipos,  los  aspectos superiores que nos trascienden y  nos condicionan.

 El paisaje patagónico  abarca extensas llanuras, cadenas montañosas, glaciares imponentes, lagos de aguas cristalinas, bosques tupidos,  vastas estepas, costas escarpadas.  Se destaca como un territorio de gran belleza natural de poca población y de cierta manera algo aislado del resto del continente. 

Como imagen un viaje a la Patagonia puede aludir a un viaje de retorno al origen, al extremo sur, a la lógica que se contrapone al norte, racional, lógico y “civilizado”. Un territorio vasto, inhóspito, con múltiples peligros y tesoros.   Un territorio aún no saturado de población,  tecnología y edificaciones. 

La combinación de condiciones geográficas, climáticas y de baja contaminación lumínica convierte a la Patagonia en un lugar privilegiado para la observación astronómica y la instalación de observatorios planetarios. Como símbolo la Patagonia es un lugar propicio para la observación de nuestros astros, nuestras imágenes interiores. 

Arcano  O el Loco

Parque Nacional Torres del Paine
Parque Nacional Torres del Paine

El loco es el arcano que representa el factor interno que nos moviliza a emprender nuestros viajes internos y externos. Alude a la inocencia y al potencial implícito del Caos. El loco no tiene número, emerge cada vez que nos sentimos estancados o vacíos para conducirnos horizontes de mayor vitalidad. En su aspecto negativo se relaciona con la ignorancia, la inconsciencia de los propios límites y la desmesura.

La energía del Loco se manifiesta como la necesidad de trascender límites y fronteras. Es aquello que nos lleva a abandonar el mundo seguro de los esquemas tradicionales y a emprender el propio camino de realización. 

En muchos cuentos populares el personaje que encuentra la solución ante una situación conflictiva no es el más inteligente o el más fuerte sino aquel que menos se acerca a la expectativas.  Diferentes barajas muestran a El Loco acompañado por un  perro que representa la capacidad no racional de los instintos para proteger al héroe a lo largo del camino y acudir a su auxilio cuando los recursos conscientes resultan insuficientes. 

El Loco se relaciona también con el pensamiento no racional, con la imaginación, con el ámbito de los  mundos sutiles.

En el Libro Rojo

..Estoy desconcertado, pero quiero estar desconcertado, pues te he jurado, alma mía, que confiaría en ti, aun cuando tú me condujeras por la locura.

..Llevad este saber, agregadle esta locura a vuestra inteligencia, esta sinrazón a vuestra razón, y os encontraréis a vosotros mismos. Si fuerais hombres, entonces llevaríais vuestra vida y el camino de vuestra vida entre la razón y la sinrazón, y viviríais al otro lado en la luz eterna, cuyas sombra habéis vivido anticipadamente.

…Qué asombroso me suena llamarte niño, tú que aun así sostienes infinitudes en tu mano. Yo andaba por el camino del día y tú ibas invisible conmigo juntando parte por parte con sentido, y me dejaste ver en cada parte un todo. Quitaste allí donde yo pensaba retener, me diste donde nada esperaba, y una y otra vez causaste destinos desde flancos nuevos e inesperados. Donde sembraba me robabas la cosecha, y donde no sembraba, me dabas cientos de frutos diversos. Y una y otra vez perdía el sendero para volver a encontrarlo allí donde nunca lo hubiera esperado. Sostuviste mi fe cuando me encontraba solo y cerca de la desesperación. Me permitiste, en todos los momentos decisivos, creer en mí mismo.”

Arcano I El Mago

Puesto de las Vacas -Lago Argentino
Puesto de las Vacas -Lago Argentino

A la energía del  Mago se le asocia  con la creatividad, con la posibilidad de hacer uso de nuestros aspectos internos para emprender acciones en el mundo externo. Es una invitación para la acción consciente.  En su aspecto luminoso representa la auto-confianza para desarrollar emprendimientos.  En su aspecto oscuro alude a las fantasías de omnipotencia, a la charlatanería.  Se relaciona arquetípicamente con Hermes-Mercurio

En el Libro Rojo

Tras una larga búsqueda encontré la pequeña casa en el campo, ante la que se extiende un cantero de tulipanes florecientes y donde habitan el mago Filemón y su mujer Baucis. Filemon es un mago que todavía no fue capaz de desterrar la ancianidad, sin embargo, él la vive dignamente …

…Todo lo que actúa mágicamente es incomprensible y lo incomprensible actúa a menudo mágicamente. La actuación incomprensible se denomina mágica. Lo mágico siempre me encierra, siempre me envuelve, abre habitaciones que no tienen puertas y conduce hacia afuera donde no hay salida. Lo mágico es bueno y malo y ni malo ni bueno.

…La práctica de la magia consiste en que lo incomprendido se haga comprensible de una manera y un modo no comprensibles. 

...La manera y el modo mágico surgen. Cuando se abre el caos, también surge la magia…

Tus palabras mueven mis labios, de mis oídos suena tu voz, mis ojos te ven desde dentro de mí. En verdad, ¡eres un mago, saliste del círculo de la oscilación! ¡Qué confusión! ¿Eres yo y yo soy tú?”

Arcano II La sacerdotisa

Flor Taquito de Reina - El Chaltén
El Chaltén

Representa el aspecto femenino de la divinidad,  el principio receptivo; la paciencia  de esperar el momento apropiado para reaccionar ante un estímulo.  Alude también a la intuición y la confianza en la voz interior que nos orienta en el camino. Es una energía que nos convoca a acoger los tiempos necesarios de germinación  y de maduración antes de la fructificación de cualquier fenómeno. Invita a ver más allá de lo aparente y lo superficial. A valorar los aspectos intangibles, la cualidad, sobre la cantidad. Se relaciona con el arquetipo de la virgen que tiene manifestación en diversidad de culturas.

En el Libro Rojo

Lo contrario al sentido ha ingresado en la madre originaria y el hijo ha crecido en el profundo fondo. Él brotó y fue muerto. Revivió, reengendrado de manera mágica, y creció más rápido que antes. Le di la corona que une lo separado. Y así me une lo separado. Le di el poder y así manda él, pues supera en fuerza e inteligencia a todos los otros. No cedí ante él voluntariamente, sino por introspección. 

Ningún hombre liga lo inferior y lo superior. El símbolo no puede ser pensado ni encontrado: deviene. Su devenir es como el devenir del hombre en el cuerpo de la madre. El embarazo es producido ciertamente por apareamiento voluntario. Eso se hace mediante atención voluntaria. Pero, si la profundidad ha concebido, entonces el símbolo crece por sí mismo y nace de la cabeza, como conviene a un Dios. Pero, al igual que un monstruo, la madre quiere arrojarse sobre el niño y devorarlo otra vez.

La imagen de la madre de Dios con el Hijo, que yo preveo, me anuncia el misterio de la transformación. Si el prepensar y el placer se unifican en mí, entonces surge de eso un tercero, el hijo divino, el cual es el suprasentido, el símbolo, el paso al otro lado en una nueva criatura.

Arcano III  La Emperatriz

El Chaltén
El Chaltén

Se relaciona con el arquetipo de la Gran Madre, una de cuyas representaciones es la naturaleza con su belleza, exuberancia y su inmenso potencial para crear y destruir. Invita al desarrollo de la madre interna, al cuidado y protección de nuestro cuerpo y del entorno, a la observancia de los ritmos naturales, a dar luz a nuestros proyectos. En su aspecto sombrío es la madre devoradora, que da todo esperándolo todo, que no da libertad y no deja crecer.

En el Libro Rojo: 

 ¿Qué he de decirte del alma? ¿No has notado que ella se ha vuelto múltiple? Ella se ha vuelto lo próximo, lo más cercano, lo cercano, lo distante, lo lejano, lo más lejano y aun así ella es Única, tal como lo era antes. Primero se ha dividido en una serpiente y un pájaro, luego en padre y madre, y luego en Elías y Salomé

Se levanta, su rostro resplandece, es bella. Hay en su mirada una profunda pureza. Tiene un alma bella y lejana del mundo, un alma que quiere venir a la vida de la realidad, a toda la realidad digna de piedad, al baño de lodo y a la fuente saludable. ¡Oh, esta belleza del alma! Verla descender hacia el mundo inferior de la realidad, ¡qué espectáculo!

Dejádmelo ver, el nudo, enredado por doquier! ¡En verdad una obra maestra de la naturaleza inescrutable, un trenzado de raíces que crecen y se enredan natural y maliciosamente! ¡Sólo la madre naturaleza, la ciega tejedora, podría producir tal trenzado! ¡Un gran ovillo y miles de pequeños nudos, todo artísticamente atado, entrelazado, arraigado, verdaderamente un cerebro humano!

Arcano IV El Emperador

El Chaltén

Está relacionado con el arquetipo del Padre,  alude a  nuestros códigos morales, así como la ambición, la confianza y la disciplina para conseguir las metas que nos proponemos. Se refiere al sentimiento de poder interno, a la capacidad de tener ideas y de llevarlas a cabo. En su aspecto oscuro representa la terquedad, la rigidez e inflexibilidad; también  los sentimientos de omnipotencia,  el perfeccionismo, el apego extremo a las convicciones y a las normas que impiden acoger los casos singulares  aplastando el sentimiento humano. 

En el Libro Rojo

…Pero el padre sabía, por la experiencia aprendida hacía ya mucho tiempo, cómo sucedería todo. En cuanto el hijo hubo expresado su deseo, el viejo rey se levantó de su trono, abrazó con lágrimas de alegría a su hijo y lo coronó él mismo como rey. El hijo, que así llegó a ser rey, se mostró agradecido con su padre y lo tuvo en alta estima, tanto como le fue concedido vivir….

Me sentí embaucado y engañado por mi rey. ¿Por qué me sentí así? Él no era aquello que yo quería que fuera. Él daba cosas distintas de las que yo esperaba. Él debía ser rey en mi sentido, no en su sentido. Lo que yo llamaba ideal, eso había de ser él. Mi alma me parecía vacía, insípida e insulsa… Había guerra civil en mí. Yo era para mí mismo asesino y asesinado. La flecha mortal estaba clavada en mi corazón y no sabía lo que había de significar…

Donde quiera que domine el logos, hay orden, pero demasiada persistencia. Sólo la desobediencia conduce desde este estado de persistencia sin desarrollo en contra del principio dominante..

Todo desarrollo va por lo no desarrollado, pero capaz de desarrollarse. En su estado no desarrollado no tiene casi valor, mientras que lo desarrollado presenta el valor supremo que es indudable. Hay que renunciar ya a este valor, por lo menos aparentemente, para poder acoger lo no desarrollado. Mas esto se encuentra en la más aguda oposición con lo desarrollado, que quizá presenta nuestro mejor y más alto logro. Por eso el acoger lo no desarrollado es como un pecado, como un paso en falso, una degeneración, un descender en un nivel más bajo, pero, en realidad, es un acto más grande que el permanecer en un estado ordenado a costa del otro lado de nuestra esencia, la cual por lo tanto está librada a la decadencia...

Arcano V – El sumo sacerdote

Ushuaia

El sumo sacerdote representa nuestra capacidad para vincularnos con principios, valores y realidades que nos trascienden. Alude a la facultad que podemos desarrollar para establecer puentes entre el mundo ordinario y el mundo extraordinario, la cual siempre ha sido una función atribuida a los sacerdotes o chamanes.

En el libro rojo:

No me convierto yo mismo en suprasentido  o símbolo, sino que el símbolo deviene en mí, incluso de tal manera que él tiene su sustancia y yo la mía. Así me encuentro como Pedro en  veneración ante el milagro de la transformación y la realización de Dios en mí.

El ligar y  soltar acontece en mí.  Sin embargo, en tanto acontece en mí y yo soy una parte del mundo, acontece también a través de mí en el mundo y nadie puede impedirlo. No acontece, por cierto, en el camino de mi voluntad, sino en el camino del efecto inevitable. 

Con una llave cierro el pasado, con la otra abro el futuro. Esto acontece en la medida en que yo me transformo. El milagro de la transformación manda. Yo soy su servidor, en cierto modo como el Papa… El símbolo se convierte en mi amo y soberano infalible, consolidará su dominio y se transformará en una imagen fija y enigmática, cuyo sentido se dirige por completo hacia el interior y cuyo placer irradia hacia y cuyo placer irradia fuera como fuego flameante, como un Buda en la llama.

Arcano VI Los Amantes

El Calafate

El arcano de los enamorados representa el crecimiento que sobreviene al confrontarnos y soportar la tensión de fuerzas antagónicas como: madurar o permanecer en un estado infantil, el vicio o la virtud, el corazón o la cabeza.

Este arcano alude a una prueba necesaria para el crecimiento. Invita a asumir riesgos. A tomar decisiones que nos acerquen a la  plenitud, al despliegue de profundidad  más allá de las ansias de  seguridad y de  confort.  Se relaciona con las encrucijadas, los cruces de camino. 

En el libro rojo:

Los hombres … siempre desean a los amantes para poder escapar de ellos mismos. Esto ha de tener un final… el amor es cargarse y soportarse a sí mismo. Con eso comienza. Se trata en verdad de ti; todavía no estás templado; todavía tienen que venir otros fuegos sobre ti, hasta que haya aceptado tu soledad y aprendido a amar.

Yo conozco tu último secreto: tú eres un amante. Has logrado unir lo separado, atar lo superior con lo inferior. ¿No lo sabíamos ya hace mucho? Sí, lo sabíamos; no, no lo sabíamos. Todo fue siempre así y, sin embargo, aún nunca fue justamente así.

Arcano VII El Carro

Bariloche

Se refiere al vehículo con el que entramos en contacto con el mundo exterior, lo que en psicología junguiana corresponde al arquetipo de la Persona o Máscara. Hace alusión también a la formación del ego, a las fronteras necesarias que construimos para poder dar los primeros pasos en el desarrollo de nuestra conciencia y que luego el camino nos invita a trascender. 

Sugiere el momento en que el héroe se siente poderoso y hábil en algún aspecto, a la conveniente sensación de que tenemos la capacidad para conseguir los objetivos que nos proponemos. En su lado oscuro se relaciona con la soberbia y el engreimiento; con el no reconocimiento  de nuestros límites. Con la actitud de superioridad  o de sentirnos más dignos que los demás. 

En el Libro Rojo

Sólo puedo guiarme a mi mismo con voluntad e intención. Pero la voluntad y la intención son meramente partes de mí mismo. Por eso, son insuficientes para expresar mi totalidad. Intención es lo que yo puedo prever y voluntad es querer una meta prevista. Pero ¿de dónde tomo la meta? La tomo de lo que actualmente me resulta conocido. Por lo tanto, coloco el presente en lugar del futuro. De esta manera no puedo alcanzar el futuro, sino que produzco artificialmente un presente constante. Todo lo que quiera interrumpir este presente lo siento como estorbo y busco hacerlo a un lado para que se pueda mantener mi intención. Así excluyo el progreso de la vida. Pero ¿con qué puedo ser yo el cochero si no es con voluntad e intención? Por eso un hombre sabio tampoco desea ser un cochero, ya que sabe que si bien la voluntad y la intención alcanzan la meta, sin embargo estorban el devenir del futuro.

La magia es un modo de vida. Si se ha hecho lo mejor para conducir el carro y uno se da cuenta de que otro más grande lo guía, entonces tiene lugar el efecto mágico. No se puede decir cómo será el efecto mágico, pues nadie puede anticiparlo, ya que lo mágico es justamente lo carente de leyes, lo que ocurre sin regla, por así decir, casualmente. Pero la condición es que uno se acepte completamente y no repudie nada para trasladar todo al crecimiento del árbol. A eso pertenece también la estupidez, de la que cada uno tiene una gran proporción, y del mismo modo el mal gusto, que para muchos es el mayor disgusto.

¿cómo puedo crear el cochero para mí? ¿O quiero ser mi propio cochero?

El niño recién nacido crece rápido, si yo lo acepto… pronto llegó a ser mi cochero.

La ley externa, la sabiduría externa, son eternamente insuficientes, pues sólo hay una ley, sólo una sabiduría, a saber, mi ley cotidiana, mi sabiduría cotidiana. En cada noche se renueva el Dios.

Arcano VIII La Justicia o la Balanza

Lago Argentino

El psiquismo, desde la perspectiva junguiana, se considera un sistema autorregulado cuya meta no es la perfección sino el equilibrio y la plenitud. La justicia alude al factor que nos moviliza a encontrar la armonía y el balance de los polos complementarios que nos subyacen (masculino-femenino, consciente-inconsciente) Nos convoca a la responsabilidad, a ser conscientes y a asumir la consecuencias de nuestros actos. También a no adjudicarnos culpas ajenas y a hacer respetar los límites de nuestra dignidad. 

En el Libro Rojo:

Si no sabéis lo que es la locura divina, suspended el juicio y esperad los frutos. No obstante, sabed que hay una locura divina, que no es otra cosa que el dominio del espíritu de este tiempo por el espíritu de la profundidad. Hablad luego de locura enferma, cuando el espíritu de la profundidad ya no pueda ceder y fuerce al hombre a hablar en lenguas, en vez de hacerlo en lengua humana, y le haga creer que él mismo es el espíritu de la profundidad. Pero hablad también de locura enferma cuando el espíritu de este tiempo no deje a un hombre y lo fuerce a ver siempre únicamente la superficie, a negar el espíritu de la profundidad y a tomarse a sí mismo por el espíritu de este tiempo. El espíritu de este tiempo es ‘no divino’, el espíritu de la profundidad es ‘no divino’, la balanza es divina.

En ello podéis diferenciar la locura enferma de la locura divina. A quien hace lo uno y deja lo otro, podéis denominarlo enfermo, pues su balanza está inclinada.

Se han de construir pasos aireados entre todas las cosas opuestas, vías fáciles y llanas han de conducir de un polo al otro. Una balanza ha de ser dispuesta, cuya aguja bascule silenciosamente.

..Intenta por eso encontrar tus límites reales. Nunca se los conoce por anticipado, sino que se los ve y se los comprende sólo cuando se los alcanza. Pero esto también te sucede sólo cuando tienes equilibrio. Sin equilibrio, caes por fuera de tus límites sin darte cuenta de lo que te ha sucedido. Mas el equilibrio sólo lo alcanzas por el hecho de alimentar tu opuesto.  No obstante, eso te repugna en lo más íntimo, pues no es heroico.

Arcano IX El Ermitaño

Faro del fin del Mundo Ushuaia

Alude al momento en que el héroe se siente derrotado o perdido en el camino y se encuentra con un viejo sabio que le brinda una nueva luz y esperanza. Representa el anhelo de sentido en etapas de desconcierto. 

Invita a la introversión y a la reflexión, a desarrollar el arte de la soledad y la paciencia. Está relacionado con la necesidad de identificar nuestra vocación, nuestro aporte singular al mundo.

En el comienzo del viaje, el viejo sabio se proyecta en figuras externas para poder ir poco a poco desarrollando la conciencia que es un recurso que se encuentra al interior de cada individuo. Algo similar sucede en una psicoterapia con la figura del psicoterapeuta que representa al acompañante y consejero del héroe en su viaje de transformación.

En su aspecto oscuro representa ya no el viejo sabio sino el viejo amargado, incapaz de disfrutar de la vida, sin capacidad de asombro y de dejarse afectar por las nuevas experiencias que nos aporta la vida.

En el Libro Rojo:

Un solitario cuece pócimas curativas, Ofrenda a los cuatro vientos. Saluda a las estrellas y toca la tierra. Sostiene algo luminoso en sus manos. Flores brotan a su alrededor y el deleite de una nueva primavera besa todos sus miembros. Pájaros vuelan hacia aquí y la tímida fauna del bosque lo busca. Lejos está de los hombres pero los hilos de sus destinos pasan por su mano. Por vuestra causa está aislado y aguarda solo entre el cielo y la tierra, aguarda que la tierra ascienda hacia él y que el cielo descienda hacia él. Por eso, el solitario sobre todo ama el desierto, allí donde todo lo próximo es simple y no hay nada turbio ni borroso entre él y la lejanía.

Mi alma me conduce al desierto, al desierto de mi propio sí-mismo. No pensaba que mi sí-mismo era un desierto, un árido, caluroso desierto, polvoriento y sin bebida. El viaje conduce hacia la esperanza a través de la arena ardiente, a vado lento, sin meta visible. Cuán horripilante es este páramo..Yo ando mi camino paso a paso, y no sé cuánto va a durar mi viaje.

¿Por qué mi sí-mismo es un desierto? ¿He vivido demasiado fuera de mí, en los hombres y en las cosas? ¿Por qué rehuí de mi sí-mismo? ¿No me apreciaba? Sin embargo, he evitado el lugar de mi alma. Fui mis pensamientos, después de haber dejado de ser las cosas y los otros hombres. No obstante, yo no era mi sí-mismo, confrontado a mis pensamientos. También he de ascender por sobre mis pensamientos hacia mi propio sí-mismo. Hacia allí va mi viaje, y por eso conduce lejos de los hombres y de las cosas, hacia la soledad. ¿Es la soledad estar consigo mismo? Sólo hay soledad cuando el sí-mismo es un desierto. ¿He de hacer del desierto un jardín? ¿He de poblar una tierra desolada? ¿He de abrir el airoso jardín mágico del desierto? ¿Qué me conduce al desierto, y qué he de hacer allí? 

Arcano X La Rueda de La Fortuna

El Chaltén

En diversas tradiciones espirituales y filosóficas se plantea que  el cosmos se rige por un movimiento perenne  de muertes y renacimientos. La carta de la rueda alude  al constante girar del tiempo que  trae siempre aspectos y experiencias nuevas mientras otras se quedan atrás

Se relaciona con los giros inesperados o desconcertantes en nuestra historia vital que nos permiten salir de patrones repetitivos o de círculos viciosos.

Nos invita a reflexionar sobre lo efímero y lo eterno, sobre el destino y el libre albedrío. Sobre nuestro propósito o tarea singular. Nos incita a darnos cuenta del germen de lo opuesto se encuentra presente en cada elemento y fenómeno de nuestras vidas. Nos convoca a ser conscientes de que los valles, los picos y las llanuras hacen parte del camino, que son experiencias significativas y necesarias para el despliegue de nuestra profundidad y plenitud. En su aspecto oscuro se expresa como fatalismo y resignación. 

En el Libro Rojo

Todo es una y otra vez lo mismo y sin embargo no es lo mismo, ya que la rueda gira en la larga vía. Pero el camino conduce por valles y montañas.

El alma de la humanidad es como la gran rueda del zodíaco que rueda en el camino. Todo lo que en el movimiento constante va desde abajo hacia lo alto, estaba ya previamente en lo alto. No hay ninguna parte de la rueda que no vuelva. Por eso, lo que fue vuelve a brotar y lo que fue alguna vez será nuevamente. Pues son todas cosas que son propiedades innatas de la esencia humana. Pertenece a la esencia del movimiento hacia adelante que lo que ha sido retorne. Pero en el eterno retorno de lo mismo no se encuentra el sentido, sino en la índole de su recreación en el tiempo.

…Pero él respondió y dijo: “Todo va por su camino acostumbrado. No sucedió nada y sin embargo sucedió un misterio dulce e inexpresable: salí del círculo de la oscilación”.

En verdad, ¡eres un mago!

Arcano XI – La fuerza

Ushuaia -León Marino

Hace referencia a la lucha de nuestro ego con la sombra. Se refiere a la necesidad de reconocer y entrar en contacto con nuestra bestia interior que necesita ser reconocida y domesticada.

Experimentamos la bestia cuando somos dominados por algún afecto: celos, ira, enamoramiento, venganza. La intención no es sofocar nuestros instintos sino permitir su expresión de manera creativa.

El amistarnos con nuestra propia bestia nos permite sentirnos vivos y apasionados, y  llegado el caso,  con la capacidad de mostrar las uñas y los dientes para salvaguardar nuestra integridad.

La bestia es símbolo también del fuego interno que puede ser fuente de destrucción si está descontrolado pero en su justa medida es el elemento que permite cocinar, esto es, transmutar y transformar nuestros elementos internos.

En el Libro Rojo:

En el momento de tu desconcierto sigue a tu prepensar y no a tu deseo ciego, pues el prepensar conduce a lo dificultoso que siempre debe venir primero.

 Si buscas una luz, primero caes en una oscuridad aún más profunda. En esta oscuridad encuentras una luz de llama débil y rojiza que sólo da una claridad escasa, pero es suficiente para ver lo próximo. Llegar a esta meta que no parece ser ninguna meta es agotador. Y está bien así: estoy paralizado y, por eso, preparado para aceptar. Mi prepensar se apoya sobre el león, mi fuerza.

Me sentí transformado en una bestia feroz. Mi corazón ardía de furia en contra de lo alto y lo amado, en contra de mi príncipe y héroe, así como el ser anónimo del pueblo, impulsado por la avidez de asesinar, se abalanzó en contra de su preciado príncipe. Porque yo llevaba el asesinato en mí, lo previ.

Arcano  XII El Colgado

El Chaltén

El influjo del colgado suele emerger cuando nos obstinamos en conservar formas de vida, relaciones o pensamientos que ya no corresponden  al despliegue de profundidad de nuestro ser. Se refiere a la necesidad de soltar el control, de sacrificar las expectativas conscientes, los referentes de seguridad y criterios de valoración,  para permitir la emergencia de perspectivas de vida no exploradas. Se relaciona con los primeros resquebrajamientos de la máscara del héroe y el cuestionamiento de la imagen que hemos ido construyendo de nosotros mismos. 

El sacrificio que se nos exige en esta parte del camino es la de nuestro ego infantil con sus ansias de poder, reconocimiento y seguridad. Suele ser una etapa acompañada de sufrimiento y desconcierto hasta que se da la rendición de nuestras intenciones conscientes y somos acogidos por la naturaleza con su sabiduría.

En el Libro Rojo

Yo: “Ah, ¿qué tienes con la corona? No puedo comprenderlo y padezco un tormento inexpresable”.

Sal. (cruel): “Quédate colgado hasta que comprendas”.

Yo callo y cuelgo alto sobre el suelo de una rama oscilante del árbol divino, en virtud del cual ya los más antiguos ancestros no pudieron evitar el pecar. Mis manos están atadas y estoy completamente desamparado. Así cuelgo por tres días y tres noches.

¿De dónde ha de venir ayuda? Ahí está sentado mi pájaro, la serpiente, que se ha puesto su vestido de plumas blancas.

Pájaro: “Buscamos la ayuda de las nubes que pasan sobre tu cabeza si no nos ayuda otra cosa”.

Yo: “¿De las nubes quieres buscar ayuda? ¿Cómo es eso posible?”.

P.: “Iré y lo intentaré”.

El pájaro se alza en vuelo como una alondra, se vuelve cada vez más y más pequeño y finalmente desaparece en los espesos velos de nubes grises que cubren el cielo. Lo sigo ansioso con la mirada y no veo más que el infinito cielo de nubes grises sobre mí, impenetrablemente gris, armónicamente gris e ilegible. Pero la inscripción en la corona, ésa es legible. “Que el amor no termine nunca.” ¿Significa esto colgar eternamente? No en vano desconfié cuando mi pájaro trajo la corona, la corona de la vida eterna, la corona del Martyrium, cosas ominosas que son peligrosamente ambiguas.

Estoy cansado, no sólo cansado del estar ahorcado, sino de la lucha por lo inmensurable. Más el espíritu de la profundidad dijo: “Nadie puede ni debe evitar el sacrificio. El sacrificio no es destrucción. El sacrificio es la piedra fundamental de lo venidero.

El camino es un extraño estado de quietud de todo lo que antes era movimiento, una espera ciega, un dudoso escuchar y andar a tientas. Uno creería que va a estallar. Pero precisamente de esta tensión nace lo que soluciona y casi siempre está ahí donde menos se lo esperaba.

El punto del comienzo es un estado de quietud del entendimiento y de la voluntad, un estado de suspensión que provoca mi rebelión, mi obstinación y finalmente mi más grande temor. Pues no veo nada más ni puedo querer nada más. Así al menos me parece a mí. 

Cuando estás en ti mismo, te percatas de tu impotencia. Verás cuán poco capaz eres de emular a los héroes y de ser tú mismo un héroe. Por lo tanto, tampoco forzarás más a otros a convertirse en héroes. Ellos padecen la impotencia como tú. La impotencia también quiere vivir, no obstante, derrocará a vuestros dioses. 

La impotencia nos superará y exigirá su participación en la vida. Nos perderemos en nuestro poder y, según el sentido del espíritu de este tiempo, creeremos que es una pérdida. Mas no es una pérdida sino una ganancia, aunque no en bienes externos sino una aptitud interna. Quien aprende a vivir con su impotencia ha aprendido mucho. Esto nos conducirá a la apreciación de las cosas más pequeñas y a la limitación sabia que la mayor altura exige. 

Cuando todo lo heroico está extinguido, volvemos a caer en la miseria de lo humano y en cosas peores aún. Nuestros fundamentos más profundos se agitarán, pues nuestra mayor tensión, la que concernía a lo-exterior-nuestro, los removerá. 

Caeremos en el pozo fangoso de nuestro inframundo, en los escombros de todos los siglos en nosotros. Lo heroico en ti es que estás dominado por el pensamiento de que esto o aquello es lo bueno, de que tal o cual logro es indispensable, de que tal o cual cosa es desechable, de que tal o cual meta tiene que ser alcanzada con un trabajo dirigido en esa dirección, de que tal o cual placer tiene que ser inexorablemente oprimido bajo cualquier circunstancia. Así pecas contra la impotencia. Mas el no poder, es. Nadie debe negarlo, criticarlo o acallarlo.

Arcano XIII La Muerte

Tierra de Fuego

La experiencia de la muerte hace parte de los ritos de iniciación. Simboliza una transformación radical, el antiguo ego muere y emerge en una posición más elevada.

Somos animales de costumbres, es por eso que nos resulta doloroso abandonar las partes gastadas de nuestra psique. El arcano de la muerte se manifiesta en los momentos en que nos sentimos hechos pedazos, desmembrados y que necesitamos un tiempo considerable para recuperarnos y renacer como personas nuevas.

En diversas mitologías se encuentra presente la idea de que al ser humano al nacer le sucede algo que lo hace olvidar o no ser consciente de su naturaleza divina. La experiencia de muerte que vivimos a lo largo de nuestras vidas contribuye a ir resquebrajando el velo de las ilusiones infantiles y la superficialidad, para ir reconociendo poco a poco lo verdaderamente esencial.

En el Libro Rojo:

“Mi sendero extraño e inesperado me condujo hasta aquí cuando seguía alegre y esperanzadamente el camino de las corrientes de la vida. Y así te encontré.

¿He de cortar mis propias raíces? ¿Matar a mi propio pueblo, cuyo rey soy yo? ¿Dejaré secar mi propio árbol?

Necesitamos el frío de la muerte para ver claramente. La vida quiere vivir y morir, comenzar y terminar. No estás obligado a vivir eternamente, sino que también puedes morir, pues hay una voluntad en ti para ambas cosas. La vida y la muerte tienen que mantener la balanza en tu existencia. Los hombres de hoy necesitan una gran porción de muerte, pues demasiadas cosas incorrectas viven en ellos, y demasiadas cosas correctas murieron en ellos. Correcto es lo que mantiene el equilibrio, incorrecto lo que perturba el equilibrio. Mas, una vez alcanzado el equilibrio, entonces es incorrecto aquello que mantiene el equilibrio y correcto lo que lo perturba. El equilibrio es vida y muerte a la vez. A la completitud de la vida le pertenece el equilibrio con la muerte. Si acepto la muerte, entonces enverdece mi árbol, pues la muerte incrementa la vida. Si me sumerjo en la muerte que abarca al mundo, entonces se abren mis capullos. ¡Cuánto necesita de la muerte nuestra vida!

La alegría por las cosas más pequeñas recién te llega cuando has aceptado la muerte. Pero si miras ávidamente todo aquello que aún podrías vivir, entonces nada es lo suficientemente grande para tu gozo y las cosas más pequeñas que permanentemente te rodean ya no te resultan una alegría. Por eso reflexiono sobre la muerte, pues ella me enseña a vivir…

La muerte madura. Se necesita la muerte para poder cosechar frutos. Sin la muerte la vida no tendría sentido, pues lo longevo se vuelve a anular a sí mismo y niega su propio sentido. Para ser y para disfrutar de tu ser necesitas la muerte y la limitación hace que puedas cumplir tu ser.

Arcanos XIV La Templanza

El Chaltén

Después de la muerte del ego caduco, comienza el camino que conduce al sol y a la coronación del nuevo rey, del ego renovado.  

La templanza se refiere a la necesidad de hallar el punto medio entre diferentes tendencias que nos constituyen como si fuera una danza de elementos contrapuestos que fluyen con reciprocidad. Alude a la flexibilidad de las creencias, a la circulación de la sangre y de las ideas. 

Se relaciona con el mensaje de los ángeles que, psicológicamente, se refiere a las revelaciones, aquellos momentos de comprensión súbita, profunda y no racional sobre algún aspecto. Convoca al diálogo interior con nuestros personajes internos para hacer trasvases entre la conciencia y el mundo del inconsciente. Es la etapa del camino en que reconocemos que no todo está bajo nuestro control, que hay fuerzas inconscientes que nos condicionan y aspectos profundos que nos trascienden.

En el Libro Rojo:

Si permaneces dentro de tus límites creados arbitraria y artificialmente, entonces andas como entre dos altos muros: no ves la inconmensurabilidad del mundo. Pero si derrumbas los muros que estrechan tu mirada y si la inconmensurabilidad y su infinita incertidumbre se te vuelven terribles, entonces despierta en ti el antiquísimo durmiente, cuyo mensajero es el pájaro blanco.

Pero el pájaro blanco, que se posó sobre mi hombro, me dijo: “Deja que llueva, que el viento sople, que el agua fluya y el fuego flamee. Permítele a cada cosa su crecimiento, déjale su tiempo a lo que deviene.

Entonces necesitas, por cierto, el mensaje del viejo domador del caos. En el torbellino del caos, allí habitan las maravillas eternas. Tu mundo comienza a volverse maravilloso. El hombre no sólo pertenece a un mundo ordenado, también pertenece al mundo de las maravillas de su alma. Por eso tuvisteis que convertir vuestro mundo ordenado en un espanto, para que os abandone las ganas de ser demasiado exterior.

El Dios en su emerger me llama hacia la derecha y hacia la izquierda, de ambos lados me resuena su llamado. Pero el Dios no quiere ni lo uno ni lo otro. Él quiere el camino del medio. Pero el medio es el comienzo de la larga vía.

No puedes vivir ambos a la vez, pues ambos se excluyen. No obstante, en el camino puedes vivir ambos. Por eso el camino te redime. No puedes estar simultáneamente en la montaña y en el valle, pero tu camino te conduce de la montaña al valle y del valle a la montaña.

Arcano XV El Diablo

El Chaltén

En la imagen del diablo se aglutinan los aspectos que han sido rechazados por  por nuestro ego como inaceptables, como contrarios a nuestros valores conscientes. Estos aspectos no desaparecen sino  que siguen actuando en la sombra, en lo inconsciente, a manera de un  adversario interno.

El diablo posee lo que nos completa por eso se le ha denominado también como Lucifer, el ángel oscuro portador de luz.  La energía del Diablo se manifiesta  en ocasiones a manera de obsesiones, de conductas adictivas,  en los tropiezos, en aquello que nos resulta inevitable que nos confrontemos una y otra vez. 

Este arcano nos estimula a soportar y asumir la culpa que sobreviene cuando nos lanzamos a vivir nuestro propio camino y tenemos que traicionar lealtades limitantes. Nos instiga a reconocernos como seres complejos con aspectos luminosos y oscuros; así como a dejar de proyectar el mal en minorías vulnerables.

Nos invita a ver la oscuridad que hay detrás de la luz, y la luz que hay detrás de la oscuridad, a dialogar con nuestros demonios interiores, nuestros síntomas, nuestras debilidades. 

En el Libro Rojo

Discutí seriamente con el diablo y me comporté con él como con una persona real. Esto he aprendido en el misterio: a tomar personal y seriamente a aquellos vagabundos desconocidos que habitan el mundo interior, ya que son reales porque actúan

El diablo es, en tanto adversario, tu propio otro punto de vista que te tienta y te pone piedras en el camino ahí donde menos las quieres.

Aceptar el diablo no quiere decir pasarse a su bando, si no uno se vuelve diabólico. Más bien quiere decir entenderse. Así aceptas tu otro punto de  vista. De este modo el diablo pierde algo de terreno y tú también. Y eso, por cierto, podría ser bueno

El diablo siempre busca cortar la rama sobre la que estás sentado. Eso es útil y protege de quedarse dormido y de los vicios vinculados a eso.

Arcano XVI La Torre

Torres del Paine

La torre simboliza las construcciones mentales, sistemas de pensamiento y creencias que nos brindaron soporte y  estructura en nuestra vida, y que, con el tiempo, se han constituido en un encarcelamiento psíquico. 

Este arcano alude a las situaciones inesperadas -como enfermedades, accidentes, rupturas afectivas o laborales-, que como si fuera la caída de  un rayo, hacen añicos los referentes en los que nos apoyamos para dar sentido a nuestro mundo. 

Estos acontecimientos son vividos con estupor y desconcierto pero a  la larga nos es posible reconocer que han tenido un efecto liberador con respecto a las limitaciones a las que estábamos sometidos.  

Nos incita a una remodelación de nuestras perspectivas de vida. Es el estímulo que nos brinda el camino para modificar la rigidez y altivez de nuestro modo de pensar que nos ha llevado asumir, por ejemplo,  que somos superiores a los demás. 

El riesgo de este arcano es que nos quedemos añorando las viejas estructuras y permanezcamos inmóviles e incapaces de actuar frente a las circunstancias que nos propone el camino para el despliegue de nuestra singularidad y totalidad. 

En el Libro Rojo

Así como una torre sobresale de la cima de la montaña sobre la que se encuentra, así me encuentro yo sobre mi cerebro, del que crecí. Me volví duro y no puedo volver a ser hecho. No vuelvo a refluir. Soy el señor de mí mismo. Me maravilla mi señorío. Soy fuerte, bello y rico. Las vastas tierras y el cielo azul se tendieron a mi alrededor y se inclinan ante mi dominio. No sirvo a nadie y nadie se sirve de mí. Me sirvo de mí mismo y me sirvo yo mismo. Por eso tengo lo que necesito.

Me doy cuenta que estoy parado en la torre más alta de un castillo. Lo siento en el aire: estoy lejos, muy atrás en el tiempo. Mi mirada se pasea distante sobre una solitaria tierra ondulada, un paisaje alternado de campos y bosques. Tengo puesta una túnica verde. Un cuerno me cuelga del hombro. Soy el guardián de la torre.

Por estar atrapado en el espíritu de este tiempo, tuvo que acaecerme lo que precisamente me acaeció esta noche, a saber, que el espíritu de la profundidad irrumpió con poder y arrasó con una ola potente al espíritu de este tiempo.

 Alma: ¿Te acuerdas de aquel dibujo que pintaste hace años, donde el hombre rojo y negro con la serpiente roja y blanca fue herido por el rayo divino? Con esto se vincula esta imagen ya que luego dibujaste también la serpiente muerta y ¿no se te presentó ante los ojos esta mañana una imagen sombría de aquel hombre con una túnica blanca y con rostro negro, como una momia?”. 

El yo de Jung: “¿Qué ha de ser todo eso?”. 

Alma: “Una imagen de ti mismo” 

Qué rigor del destino! Si os acercáis a vuestra alma, lo primero que perderéis será el sentido. Creéis que os hundís en lo carente de sentido, en lo eternamente desordenado. ¡Tenéis razón! Nada os salva de lo desordenado y lo carente de sentido, pues ésta es la otra mitad del mundo.

El desorden y la carencia de sentido son las madres del orden y el sentido. Orden y sentido son lo que ha devenido y no lo que ha de devenir.

Vosotros abrís el portal del alma para dejar ingresar las oscuras corrientes del caos en vuestro orden y vuestro sentido. Esposáis el caos a lo ordenado y engendráis el niño divino, el suprasentido más allá del sentido y el contrasentido.

¿Tenéis miedo de abrir la puerta? También yo tenía miedo, pues habíamos olvidado que el Dios es terrible. Cristo enseñó: Dios es el amor.  No obstante, habéis de saber que el amor también es terrible. 

Arcano XVII La Estrella

Ushuaia

Luego de los desprendimientos y frustraciones que hemos atravesado en el camino, este arcano alude a la caída de la cortina que nos impedía ver y ser conscientes de nuestra estrella, esto es, de nuestra vocación, de la pasión, sentido y orientación interna más genuinos. 

Nuestra estrella necesita ir  siendo actualizada  a lo largo de la vida.  Las prioridades o metas en la adolescencia, por ejemplo, no son las mismas que en la vida adulta.

El arcano de la estrella  sugiere el momento en que el héroe-heroina disminuye su fascinación por el mundo exterior y dirige su atención hacia su interior, hacia la profundidad y belleza  de su alma.  

El influjo de la estrella nos brinda la confianza para despojarnos de las vestimentas que hemos ido acumulando a lo largo del camino, con humildad y sin prevenciones, para poder expresar nuestros aspectos más genuinos. Se refiere también a la sanación de heridas del pasado que nos impiden relacionarnos con plenitud.

Se relaciona con la fe y la esperanza de que el camino correcto es la fidelidad hacia nosotros mismos.  La estrella también nos permite reconocer que nuestra evolución transcurre de manera paralela con la evolución del mundo. 

En el Libro Rojo:

“Alma mía, ¿dónde estás? ¿Me oyes? Yo te hablo, yo te llamo, ¿estás allí? He regresado, estoy nuevamente aquí, he sacudido de mis pies el polvo de todas las comarcas, y vine hacia ti, estoy contigo, tras largos años de largo andar he vuelto a ti. He de contarte todo lo que he visto, vivido, bebido en mí. 

…tienes que saber: una cosa he aprendido, y es que hay que vivir esta vida. Esta vida es el camino, el camino largamente buscado hacia lo inasible, que nosotros llamamos divino. No hay ningún otro camino. Todos los demás caminos son senderos errantes. Yo encontré el camino recto, él me llevó hacia ti, hacia mi alma. 

Regreso con temple y purificado. ¿Me conoces todavía? ¡Cuánto se prolongó esta separación! Todo se ha vuelto tan distinto. ¿Y cómo te encontré? ¡Qué maravilloso fue mi viaje! ¿Con qué palabras he de describirte los entreverados senderos por los cuales una buena estrella me guió hacia ti?

La vida me ha llevado nuevamente hacia ti. Queremos agradecerle a la vida que he vivido, agradecerle todas las horas alegres y todas las horas tristes, agradecerle la alegría y el dolor. Alma mía, contigo ha de continuar mi viaje. Contigo quiero andar y ascender a mi soledad.

…El astro de tu nacimiento es una estrella errante y en transformación. Algo le sucedió a mi espiritualidad que podría llamar gracia. La gracia que me acaeció me dio fe, esperanza y osadía suficientes para no continuar oponiéndome al espíritu de la profundidad, sino decir sus palabras.

No obstante, antes de haber podido animarme a hacerlo realmente, necesité una señal visible que hubiera de mostrarme que el espíritu de la profundidad en mí es al mismo tiempo el amo de la profundidad del acaecer del mundo.

Arcano XVIII La Luna

Representa el momento más oscuro del viaje cuando el camino nuevo no se ve con claridad, solo se vislumbra.  Representa el sentimiento  de desarraigo, de estar entre dos mundos, en tierra de nadie, cuando todavía no nos hemos desprendido totalmente de nuestra vida anterior y aún no emerge la que sobreviene.  

Se refiere a los momentos en que  sentimos que las fuerzas fallan y las frustraciones no desbordan. Es un descenso a la profundidad de nuestro ser, en que no podemos contar con la luz, claridad y voluntad de  nuestra conciencia. 

Alude a la posibilidad de perder todo lo conseguido en el último instante. A los riesgos que implica el descenso al inframundo que pueden devorar al ego.

La luna representa la naturaleza misma en cuyo caos se encuentra un orden.  Es una invitación para acceder,  gracias a  su luz difusa y la quietud que evoca, a aquellas honduras de la existencia a las cuales no es posible penetrar bajo la potente luz del sol  y su actividad frenética.

En el Libro Rojo

Tu altura es como la luna, que anda solitaria brillando y atraviesa las noches con la mirada, de manera eternamente clara

La muerte de la tierra le resulta extraña. Ve la vida de la tierra desde la lejanía, ella misma inmóvil y clara, sin el vapor envolvente y sin mares con corrientes. Su forma intransformable está determinada desde la eternidad. Ella es la solitaria luz clara de la noche, la esencia individual y la parte cercana de la eternidad.

Desde ella ves fría, inmóvil y radiantemente. Con la luz plateada del más allá y los crepúsculos verdes viertes el horror lejano. Lo ves, mas tu mirada es clara y fría. Tus manos están rojas por la sangre viviente, pero la luz de luna de tu mirada es inmóvil. Es la sangre vital de tu hermano, sí, es tu propia sangre, mas tu mirada permanece luminosa y abarca la totalidad del horror y la redondez de la tierra. Tu mirada descansa sobre los mares plateados, sobre las cumbres nevadas, sobre los valles azules, y no oyes el gemido y el aullido del animal humano.La luna está muerta. Tu alma fue a la luna, a la guardiana de las almas.

Así el alma se disolvió en la muerte. Ingresé en la muerte interior y vi que el morir exterior es mejor que la muerte interior. Y decidí morir exteriormente y vivir interiormente. Por eso me alejé  y busqué el lugar de la vida interior.

El mundo celestial está iluminado por el sol espiritual. Su contrario es la luna. Y así como la luna es el traspaso hacia la muerte del espacio, así el sol espiritual es el traspaso hacia el pleroma, el mundo superior de la completitud.

La luna es el ojo de los dioses de lo vacío, así como el sol es el ojo de los dioses de lo pleno. La luna que tú ves es el símbolo, como también el sol que ves. El sol y la luna, es decir, sus símbolos, son los dioses. Hay otros dioses todavía, sus símbolos son los planetas.

La madre celestial es un demon bajo el rango de los dioses, una habitante del mundo celestial.

La luna dibuja en negro mi sombra sobre la pared blanca de la alcoba. ¿Qué hago aquí? ¿Para qué este horrible espectáculo?

Miro interrogante a la luna como a un testigo. ¿A ella qué le importa? ¿No ha visto ya cosas peores? ¿No ha alumbrado ya los ojos quebrantados de cientos de miles? A sus montañas anulares de eterna duración esto seguramente les da lo mismo, uno más, uno menos. ¿La muerte? ¿Acaso no descubre ella el terrible engaño de la vida? Por eso a la luna también le resulta totalmente indiferente si uno deja esta vida y cómo lo hace. Sólo nosotros nos escandalizamos de eso, ¿con qué derecho?

 Arcano XIX El Sol

El Chaltén

El sol representa aquella parte del camino en que la vida deja ser tanto un desafío y se muestra más como una experiencia para ser disfrutada.

Alude a los momentos en que nos sentimos centrados y encontramos un apoyo interno que nos da fortaleza y aliento. La imagen evoca la reconciliación de los opuestos que estuvieron anteriormente enfrentados. 

Nos incita a procurar no  perturbarnos por las nubes grises y las lluvias que puedan llegar en el futuro, sino a involucrarnos plenamente con lo que nos propone el momento presente. 

Representa la placidez y el bienestar  que brinda lo leve y lo  simple. Es también la sensación de que hemos encontrado nuestro lugar en el mundo y abandonamos la búsqueda incesante de personas, paisajes y estímulos para aliviar nuestros vacíos.   Se relaciona con la conciencia de la eternidad

El comienzo y el final del viaje son similares pero no iguales, para recuperar el paraíso perdido son necesarios los acontecimientos que nos transformaron  en el camino. 

En el Libro Rojo:

Yo “La ciencia nos ha quitado la capacidad de la fe”.

Iz.: “¿También eso habéis perdido? ¿Cómo vivís, entonces?”.

Yo: “Vivimos así, con un pie en lo frío y con el otro en lo caliente, y con

respecto al resto, ¡tal como venga!”.

lz.: “Te expresas oscuramente”.

Yo: “Así está la cosa también entre nosotros, está oscuro”.

Iz.: “¿Podéis soportarlo?”.

Yo: “No del todo. Yo personalmente no me hallo bien con esto. Por eso me he puesto en camino a Oriente, a la tierra del sol naciente, a buscar la luz que nos falta. Por cierto, ¿dónde sale el sol?

Miro a mi alrededor. Estoy solo. Ha caído la noche. ¿Qué dijo Amonio? La noche es el tiempo del silencio.  Miré a mi alrededor y vi que la soledad se extendía en lo inconmensurable y ella me penetró con una frialdad estremecedora. Aún ardía el sol en mí, pero sentía que ingresaba en la gran sombra. Sigo la corriente que lenta e imperturbablemente, encuentra el camino a la profundidad, a la profundidad de lo venidero.

La vida del solitario sería fría si no estuviera el gran sol que hace arder el aire y los peñascos. El sol con su eterno resplandor reemplaza para el solitario el propio calor vital.

El solitario busca el sol y nadie está tan preparado para abrirle su corazón como él. Por eso, sobre todo él ama el desierto, pues ama su profundo silencio. Necesita poco alimento, pues el sol y su ardor lo alimentan. Por eso el solitario sobre todo ama el desierto, pues para él éste es una madre que, de modo seguro, le brinda alimento y calor vivificante.

Hay una expectativa desbordante y deliciosa en el solitario. Los espantos del desierto y de la árida deshidratación lo rodean y tú no comprendes cómo puede vivir el solitario.  Pero su ojo descansa en los jardines y su oreja escucha las fuentes y su mano toca las hojas y los frutos aterciopelados y su respiración aspira los dulces aromas de los árboles llenos de flores.

Una corriente ha de fluir hacia su más profunda meta. Los rebaños de animales salvajes han de migrar a  sus lugares de pastoreo según sus antiguas mudanzas. La vida sigue su curso hacia adelante, del nacimiento a la muerte, de la muerte al nacimiento, inquebrantable como el curso del Sol. Todo sigue este curso..

“Déjame ir. Volveré en una figura renovada. ¿Ves al sol cómo se hunde rojo en las montañas? La obra de este día está consumada y un sol nuevo regresa. ¿Qué añoras del sol de hoy?”

Arcano XX El Juicio o el renacimiento

Bariloche

Se le denomina también el arcano del renacimiento. Es el resultado del viaje. Alude al momento en que nuestro niño interno, con su creatividad desbordante y su inocente mirada que brilla libre de prejuicios, se relaciona de manera armónica y complementaria con nuestro adulto responsable y tolerante. Nuestro adulto posee la sabiduría que le han brindado las experiencias del camino recorrido.

Representa la trascendencia de nuestro ego y de nuestros intereses superficiales.  Nos incita a ser conscientes de que nuestra felicidad y realización se encuentran relacionadas con la capacidad de contribuir desde nuestra singularidad para el mejoramiento del mundo. Nos estimula a utilizar nuestros talentos para el beneficio colectivo. Es una provocación a disfrutar del juego y de la creatividad sin estar pendiente de los resultados, del reconocimiento o la productividad. Nos promueve a convivir con la incertidumbre y maravillarnos con los misterios infinitos de la existencia.

En los cuentos de hadas corresponde al momento en el que el o la protagonista es liberado del embrujo y puede manifestar su verdadera esencia. 

En el Libro Rojo:

La lluvia es el gran diluvio de lágrimas que sobrevendrá a los pueblos, el diluvio de lágrimas de la distensión, después de que la constricción de la muerte hubo cargado a los pueblos con tremenda presión. La lluvia es el llanto por el muerto en mí que precede a la sepultura y el renacimiento. Es la fecundación de la tierra, engendra el trigo nuevo, al joven Dios germinal.

No puedes llamarlo ni inteligente ni tonto, ni bueno ni malvado, pues es por completo de naturaleza inhumana. Es el hijo de la tierra, el hijo moreno, a quien tú has de despertar. Es hombre y mujer a la vez y de sexo inmaduro, rico en interpretación y mala interpretación, tan pobre en sentido y sin embargo tan rico. Éste es lo muerto que gritó fortísimo, que estuvo debajo de todo y esperó, que ha padecido lo más pesado. Ni sangre, ni leche, ni vino deseó para el sacrifico de los muertos, sino la docilidad de nuestra carne.

«Cuando comprendí mis tinieblas, una noche magnífica se apoderó de mí y, en medio de esas profundidades, emergió ella, mi fénix »

Estoy bautizado con agua impura para el renacimiento. Una llama de fuego del Infierno aguardaba por mí sobre la pila del bautismo. Me he bañado con impureza y me he purificado con suciedad. Lo acogí, lo acepté, al hermano divino, al hijo de la tierra, al hermafrodita e impuro, y de un día al otro ha devenido púber

Arcano XXI El mundo

Es el arcano de la plenitud. El camino recorrido le ha  permitido al héroe-heroína convertirse en un ser complejo, aceptando sus aspectos  luminosos y oscuros. Ha desarrollado la capacidad de discernir   lo eterno y lo efímero de la existencia. Asume  el conflicto  como motor de transformación. Media entre sus necesidades de independencia y de pertenencia.

 Ha adquirido herramientas para enfrentar las adversidades y soportar los momentos en que se encuentra lejos de su centro. 

Es consciente de los múltiples personajes que lo habitan y ha entrado en negociaciones con cada uno de ellos para que funcionen como aliados y adversarios en el transcurso del camino.

La heroína-héroe siente parte de la familia humana y experimenta con intensidad la afinidad que lo vincula con el resto de la naturaleza, lo que la  convoca a comprometerse con su cuidado y protección. 

A pesar de que hay momentos en que quisiera dejar de seguir caminando, saca fuerzas para levantarse y emprender una nueva vuelta al espiral, con la fe y la convicción de que lo que le sucede y lo que hace tiene un sentido profundo y en ocasiones misterioso.  

El arcano del mundo alude  al momento en que el héroe es coronado rey, en que la heroína es exaltada como reina.

En el Libro Rojo:

Esta vida es el camino, el camino largamente buscado hacia lo inasible, que nosotros llamamos divino. No hay ningún otro camino. Todos los demás caminos son senderos errantes. Yo encontré el camino recto, él me llevó hacia ti, hacia mi alma. Regreso con temple y purificado.

Comprendí que el Dios que buscamos en lo absoluto no se encuentra, por cierto, en lo absolutamente bello, bueno, serio, alto, humano o, incluso, divino. Allí el Dios estuvo alguna vez. Comprendí que el Dios nuevo está en lo relativo.

De la fusión de los dos surgió el uno. Él nació como un niño de mi propia alma humana que, como una virgen, lo había concebido con resistencia. Así corresponde a la imagen que los antiguos nos han dado de eso. No obstante, cuando la madre, mi alma, estuvo embarazada del Dios, yo no lo sabía.

Incluso me pareció que mi alma era el Dios mismo, a pesar de que él sólo vivía en su cuerpo. A la nada o la plenitud la llamamos pleroma. Ahí dentro se acaban el pensar y el ser, pues lo eterno e infinito no tiene propiedades. En él no hay nadie, pues entonces se distinguiría del pleroma y tendría propiedades que lo distinguirían como algo del pleroma. En el pleroma hay nada y todo: no vale la pena reflexionar sobre el pleroma, pues ello significaría disolverse uno mismo. La criatura no está en el pleroma sino en sí. El pleroma es principio y fin de la criatura…Pero nosotros somos el pleroma mismo, pues somos una parte de lo eterno e infinito. Pero no tenemos participación en ello sino que estamos infinitamente lejos del pleroma, no espacial o temporalmente, sino esencialmente, en cuanto nos diferenciamos en esencia del pleroma como criatura, que está limitada en el espacio y en el tiempo. Mas, en la medida en que somos parte del pleroma, el pleroma también está en nosotros. También en el punto más pequeño el pleroma es infinito, eterno y completo, pues pequeño y grande son propiedades que están contenidas en él. Nosotros también somos todo el pleroma pues, simbólicamente, el pleroma es el punto más pequeño sólo supuesto, no existente, en nosotros y la infinita bóveda del mundo alrededor de nosotros. 

Abraxas está por encima del sol y del diablo. Es lo improbablemente probable, lo irrealmente efectivo. Si el pleroma tuviera una esencia, entonces Abraxas sería su manifestación. Él es ciertamente lo efectivo mismo, pero ningún efecto determinado, sino efecto en general.

Mas el suprasentido es la vía, el camino y el puente hacia lo venidero. Éste es el Dios venidero. No es el Dios venidero en sí mismo, sino su imagen, la cual aparece en el suprasentido. Dios es una imagen y quienes lo adoran deben adorarlo en la imagen del  suprasentido.El suprasentido no es ni un sentido ni un contrasentido, es imagen y fuerza en uno, magnificencia y fuerza juntas. El suprasentido es comienzo y meta. Es el puente de paso al otro lado y la realización. Los otros dioses murieron en su temporalidad, no obstante, el  suprasentido no muere, se convierte en sentido, luego en contrasentido y, a partir del fuego y la sangre del choque entre ambos, el suprasentido se eleva rejuvenecido a lo nuevo. La imagen de Dios tiene una sombra. La sombra es el sin sentido. La imagen de Dios arroja una sombra que es precisamente tan grande como ella misma. El suprasentido es grande y pequeño, es extenso como el espacio del cielo estrellado y angosto como la célula del cuerpo viviente.

Daniel Ulloa Quevedo

Psicólogo Clínico – Psicoterapeuta Junguiano

Contacto

Referencias bibliográficas

Eskenazi, E. (1978). Tarot: (el arte de adivinar). Barcelona: Dopesa.

Greene, Liz. 2018 The Astrological World of Jung’s Liber Novus: Daimons, Gods, and the Planetary Journey. Abingdon, UK: Routledge,

Banzhaf Hajo. 2007. El Tarot Y El Viaje Del Héroe 2a. ed. Madrid: Edaf.

Jung, C. G. (2002). Los arquetipos y lo inconsciente colectivo. Madrid: Trotta.

Jung C.G. 2019. El Libro Rojo = Liber Novus = Das Rote Buch = the Red Book. 3a ed. Buenos Aires: El Hilo de Ariadna.

Nante, B. 2020. El Libro Rojo De Jung; Claves Para La Comprensión De Una Obra Inexplicable. EL HILO DE ARIADNA.

Nichols, S. (1991). Jung y el Tarot: Un viaje arquetípico. Barcelona: Kairós.

Deja un comentario