El simbolismo de los animales en los sueños: una perspectiva junguiana

“Observa a los animales: cuán justos son, cuán honestos, cómo obedecen a lo que traen en sí, cuán fieles son a la tierra que los soporta, cómo repiten sus cambios habituales, cómo cuidan a sus crías, cómo van juntos por el alimento y cómo se atraen unos a otros al manantial. No hay uno que esconda su superabundancia de presas y así deje morir a sus hermanos de hambre. No hay uno que trate de imponer su voluntad a su misma especie. No hay uno que delire con ser elefante, aunque, en realidad, sea mosquito. El animal vive decente y fielmente la vida de su especie y nada por encima ni nada por debajo”

Carl Jung en el Libro Rojo

La imagen de los animales ha estado presente desde las primeras expresiones artísticas de la humanidad. Ellos son personajes típicos en los mitos y cuentos populares de todo el mundo. 

Toda clase  de animales aparecen también de manera frecuente en nuestros sueños. Su aparición ha sido interpretada  desde distintas perspectivas.

Una de las aproximaciones más comunes es considerarlos como símbolo  de alguna de  las cualidades  con las que se  relaciona  a  dicho animal: el león representando el poder o el liderazgo, el lobo la astucia, la gacela  la agilidad etc.. 

Los animales en los sueños son vistos también como metáforas o representaciones de una circunstancia. Por ejemplo, soñar con serpientes como metáfora de traición o engaño, soñar con un pájaro como símbolo  de libertad o la aspiración de alcanzar objetivos.

A los animales se les suele considerar  también en los sueños  como representaciones simbólicas de emociones o sentimientos. Por ejemplo, un toro como representante de la ira o la determinación. 

Algunas de las atribuciones o características dadas a los animales, que se pueden considerar  como proyecciones de nuestras fantasías sobre ellos, pueden ser más o menos universales; otras varían de cultura a cultura y otras pueden corresponder principalmente al ámbito individual.  Lo anterior  en la medida en que cada  persona ha construido su propio significado para una animal a partir de sus experiencias únicas con ellos. 

La perspectiva junguiana

Jung resalta cómo los  animales están guiados  por la ley inherente de la naturaleza, la cual alberga una sabiduría que se ha ido acumulando a lo largo de millones de años de evolución. Sugiere entonces que la imagen de los animales alude a lo arquetípico en la psique, esto es, al sedimento, a  la memoria de la experiencia y el conocimiento ancestral de la humanidad. 

Los animales son fieles a sus instintos, a los patrones internos que los autorregulan y  que les promueven las experiencias necesarias para su realización.  No están afectados, por lo tanto, con la noción de progreso o de historia. No tienen ansias de acumulación. No se desvían  de su camino predestinado. Carecen de la arrogancia propia de los seres humanos que anhelan ser algo que no son.  Los animales, además, no subutilizan sus potencialidades.

Desde la perspectiva junguiana los animales en los sueños  representan entonces el factor interno, no racional sino intuitivo,  que nos orienta por el camino adecuado y propicio para nuestro desarrollo psíquico.  Representan la capa natural e instintiva de la psique que puede “olfatear” la resolución correcta y acudir en nuestra ayuda en las situaciones en las que el intelecto resulta insuficiente.  

Barbara Hannah, quien exploró con detenimiento en la simbología arquetípica de la imagen en los animales,  plantea que los “animales” en nuestros sueños e imaginaciones activas son los que nos pueden llevar a la  fuente natural de la vida.  Resaltó igualmente la importancia de estar en buenos términos con el animal que hay en nosotros.

«Podemos hacer un gran esfuerzo y tomar conciencia de un animal, digamos el león, en nosotros mismos. Y entonces hay muchas esperanzas de que esta imagen se desarrolle positivamente»  o  podemos permanecer inconscientes de este aspecto  “pero seguirá funcionando dentro de nosotros, y, nos poseerá inevitablemente sin que lo sepamos».

Se plantea que el hecho de que algunos contenidos  se presenten en los sueños de forma animal indica que  los aspectos a los  que aluden   no están asimilados ni integrados  en la consciencia humana. 

Las imágenes de mamíferos reflejarían aspectos  más cercanos en la conciencia,  los animales de sangre fría algo más alejados y los invertebrados e insectos estarían relacionados con estratos más profundos e inconscientes de la psique. 

Al respecto Jung afirmó “La figura animal indica que los contenidos y las funciones de que trata el cuento todavía están en un terreno extrahumano, es decir, más allá de la consciencia humana, y por ello participan, por un lado, de lo demónico- suprahumano, y por otro, de lo animal-infrahumano” 

Lo animal como forma primordial

Maria Luisa Von Franz señala cómo   en los cuentos de hadas el personaje que recibe ayuda de un animal siempre sale victorioso. “cualquiera que se gane la gratitud de los animales, o a quien ayudan por cualquier razón, siempre gana. Esta es la única regla inagotable que he podido encontrar en los cuentos” 

Plantea entonces la imagen de los animales  como una expresión  del patrón natural, de la fuente creativa primordial que en el pensamiento oriental ha sido denominada como Tao. 

En un sentido similar James Hillman plantea que “puesto que en estas antiguas cosmologías la forma y lo animal se presentan juntos, concluyamos que el animal está estructurado, contenido, y sujeto a las normas dentro de las formas inherentes a su especie específica. A esta inherencia de cosmos (orden),que auto-limita la vida animal, tan eterna como la geometría y tan duradera como el arca, la psicología la llama “instinto.”

 Jung reconoce el valor del instinto como medio de orientación con respecto a la emoción adecuada, así como las expresión de los instintos en los sueños en forma animal. Si una actitud o una emoción “va en contra de los instintos, todo es un desperdicio mórbido”. Si está de acuerdo con los instintos “esas emociones son el alimento adecuado, el procedimiento mágico correcto. Y el instinto suele estar representado por un animal: un perro, un caballo, un elefante, por ejemplo” afirmó.

Nuestra animalidad nos orienta entonces  hacia la conducta apropiada cuando nos sentimos perdidos,  nos limita en los excesos, nos indica el alimento adecuado que nos nutre; nos aleja de lo que nos puede resultar tóxico.  Se resalta en este mismo sentido como  todo lo que  se realiza  en contra del orden natural,  es insostenible,  no puede ser perdurable.

Lo animal como expresión de lo sagrado y lo eterno

Hillman destaca cómo desde la perspectiva que considera lo humano como el culmen de la evolución, lo animal es considerado como algo inferior, susceptible de ser explotado y oprimido, mientras que para algunas culturas tradicionales:

“ los animales imparten los secretos del cosmos. Ellos son los maestros en cosmología, es decir, ellos median entre los Dioses y los humanos; ellos poseen conocimiento divino. En las culturas politeístas son ellos mismos divinidades”

Propone  Hillman entonces considerar a los animales en los sueños “ como dioses, como divinos, inteligentes, poderes autóctonos que piden respeto”.

Los animales  comparten y son muestra de la estabilidad repetitiva y rítmica de la naturaleza.  “Un animal es una forma eterna que camina entre nosotros, la  presencia palpable de la regeneración del tiempo, de la vida adaptativa y la sobrevivencia…Cada animal es un despliegue sensual de eternidad, y es así como las estrellas, las más duraderas de todas las imágenes, se imaginaban con nombres de animales” afirmó. 

Se plantea entonces que los animales aparecen en nuestros sueños entonces en momentos que se requiere de nosotros de un descenso a nuestro nivel instintivo para conectarnos con los “dioses ctónicos del inframundo”.

El sacrificio del animal como refinamiento

Von Franz señala  cómo  en muchas historias  a pesar de que el animal funciona como ayudante y guía resulta que al final es mutilado o sacrificado.

“A menudo, al final de una historia el animal servicial – el zorro, por ejemplo en el cuento de los Grimm -El pájaro dorado- pide al héroe que le corte las patas y la cabeza. Cuando el héroe lo hace con el corazón pesado, un príncipe encantado se levanta del cuerpo del Zorro”

Von Franz, quien exploró a profundidad la simbología de los cuentos de hadas, propone interpretar el sacrificio del animal como “la revelación repentina del significado espiritual que parece estar detrás de la «corrección» del instinto animal”.   Así mismo resaltó cómo las personas necesitan seguir sus pulsiones internas pero en cierto momento de la vida también hay una exigencia para  que estas pulsiones sean de cierta manera “sacrificadas”

En este mismo sentido, Barbara Hanna plantea que para extraer el “oro” de las emociones que están en el instinto, es necesaria la diferenciación con dicha emoción para no «sucumbir» a la  identificación con ellas

“Si no puedes hacer esto, eres su presa y te conviertes en un animal salvaje divorciado de la conciencia, simplemente disuelto en el inconsciente”  Cuando se realiza el trabajo de diferenciación “entonces comienzas a extraer el oro del corazón de tu instinto, y aquí dejas Manipura y entras en Anahata”. 

La autora recuerda igualmente que el anhelo de controlar los instintos es una ilusión, lo que podemos hacer es  “ aprender a aceptarlos y a desidentificarnos de ellos y así, extraer algo del oro de su significado arquetípico” 

En un sentido similar Jung afirmó “la realización y asimilación del instinto nunca tienen lugar  en la esfera pulsional”  sólo se lleva a cabo “mediante la integración de la imagen que representa y que  al mismo tiempo evoca el instinto” 

Se sostiene entonces que la realización y asimilación del instinto nunca puede ocurrir en nuestros instintos mismos, porque cuando actuamos o nos hundimos en el reino instintivo, actuamos ciegamente. El “sacrificio” del instinto permite la revelación de su aspecto espiritual, sutil. La renuncia a la satisfacción inmediata o literal es lo que nos permite acceder a lo simbólico transformador.

Ser, es ser vistos

Hillman destaca como todos los seres vivos tienen un impulso a mostrarse, a exhibirse, a presentarse, y que esa ostentación “es la fantasía que cada animal  tiene de sí mismo”. 

Propone entender la ostentación de la autoimagen, como un evento estético en sí mismo, sin ninguna función ulterior.  Es decir, que en muchas ocasiones la ostentación de los animales  no  transmite ninguna información para un otro (apareamiento o enemigos) sino que se da por sí misma, como una necesidad vital. 

Para Hillman entonces la primera lección que el animal nos enseña es que “el juego de la creación es la revelación”. “Ser es ser visto; la belleza se da con la existencia. Es como si los animales  dijeran: Respétanos , re-spetar, lo cual quiere decir “mirar otra vez.”

El aspecto chamánico de los animales

En el minucioso estudio que realizó Mircea Eliade sobre el chamanismo se describe como el Chamán  tiene una relación especial con el reino animal. El Chamán, la mujer medicina o sus equivalentes,  tienen la capacidad para hablar con los animales, para adiestrarlos, para asumir sus formas, y en ocasiones el chamán lleva el nombre de un animal.

Hillman plantea  que el Chamán, actúa como  “representante plenipotenciario del reino animal”  y que es desde esta sabiduría natural que ello le otorga, que se fundamenta  su efecto sanador, es decir  su capacidad de  “ordenar las cosas y de ponerlas en el camino correcto”

Propone Hillman entonces que las presencias animales aparecen cada noche en nuestros sueños trayendo sabiduría, ferocidad, desapego y sanación. Y nosotros, en la medida que estamos receptivos a la afectación de sus imágenes, actuamos como pequeños chamanes. “Sus imágenes proveen un soporte imaginativo a patologías y rasgos humanos,  alguien es muy águila, muy zorro, muy gallo” manifestó. 

Preguntas orientadoras para los sueños con animales

¿Qué animal apareció en el sueño? Cuales eran  sus particularidades, de qué manera se comportaba en el sueño.  

¿Cómo te sentiste al ver o interactuar con el animal en el sueño? 

¿Tienes alguna conexión personal o simbólica con este animal en tu vida diaria? ¿Has tenido experiencias significativas con este animal en el pasado?

¿Qué simbolismo atribuyes a este animal en tu cultura o en el contexto de tus creencias personales?

¿El animal en el sueño te recordó a alguien o algo en tu vida? 

¿Qué rasgos o características personales crees que podría representar este animal en el contexto de tu propia psicología?

¿El animal en el sueño te desafió o te confrontó de alguna manera? ¿Cómo reaccionaste ante este desafío en el sueño?

¿El animal en el sueño estaba herido, amenazado o en peligro? ¿Cómo interpretas esta situación en términos de tu propia vida emocional o psicológica?

¿Puedes identificar algún arquetipo que esté relacionado con el animal en tu sueño?

¿Ha habido otros sueños o patrones recurrentes que involucren a este animal o a otros animales? ¿Puedes notar algún cambio o evolución en la relación con estos animales en tus sueños a lo largo del tiempo?

Daniel Ulloa Quevedo

Psicólogo Clínico – Psicoterapeuta Junguiano

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Referencias Bibliográficas

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Chevalier J Gheerbrant A. Diccionario De Los Símbolos. 3a ed. Barcelona: Editorial Herder; 1991

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Hannah Barbara  The Archetypal Symbolism of Animals : Lectures Given at the C.g. Jung Institute Zurich 1954-1958. Wilmette Ill: Chiron Publications.

Hillman, J Estar infestado Traducción Alejandro Chavarria en https://alexchrojo.wordpress.com/2023/10/08/estar-infestado

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JUNG, C. G. (2014). Civilización en transición. Volumen 10, Volumen 10

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