Recorrido en imágenes por Cartagena de Indias con García Márquez y Carl Jung

1 La relatividad del tiempo: la sincronicidad o lo que es adentro es afuera

Torre del Reloj

“Einstein fué convidado a cenar en mi casa en múltiples oportunidades. Eran los días en que comenzaba a desarrollar su primera teoría de la relatividad. Fue Einstein el primero en hacerme pensar en una posible relatividad del tiempo al igual que del espacio y su  condicionalidad psíquica. Más de treinta años después, ese estímulo me llevó a relacionarme con el físico, profesor W.Pauli y a elaborar mi tesis sobre sincronicidad” Carl Jung

El concepto de Sincronicidad es probablemente uno de los más revolucionarios e  innovadores de Jung. Se define como una coincidencia significativa entre sucesos psíquicos y materiales.  Con este constructo  se pretende  abordar  comprensivamente  eventos  que suceden de manera simultánea y no pueden ser explicados por una relación de causa-efecto sino por un vínculo de significado. 

Fenómenos relacionados con la sincronicidad como  la telepatía o  la clarividencia, que para Jung son hechos innegables; pueden ser entendidos, según el psiquiatra suizo, “desde el principio de  un continuo espacio-tiempo psíquicamente relativo”

Un ejemplo de sincronicidad es  como en ocasiones  en el transcurso del rodaje de una película o en la escritura de un  libro se viven experiencias relacionadas con la temática de la obra que se está realizando.

García Márquez cuenta como en el proceso de escritura de El coronel no tiene quien le escriba se encontraba en unas condiciones económicas apremiantes. Decidió entonces escribir a varios amigos solicitando ayuda. Pasado el tiempo quedó, como el protagonista de su libro, en espera de una respuesta que nunca llegó.  “Yo bajaba, veía que no había carta y entonces subía y agregaba una página más de la historia que estaba escribiendo…pero lo que es increíble es que a medida que iba escribiendo la historia me iba dando cuenta de que nunca me llegaría la carta y de que nunca me contestarían los amigos a los cuales había acudido. Entonces había un momento en que lo que estaba escribiendo correspondía exactamente con la realidad”

El cuestionamiento  por  la manera como  las circunstancias que nos confrontan se encuentran vinculadas simbólicamente, esto es,  sincrónicamente,  con nuestro mundo interno, son  una constante al interior de la psicoterapia junguiana.

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2. La imperiosa necesidad de ser uno mismo

Centro histórico

“Realmente amo estar en Cartagena; porque soy de allá ¿comprende? Allá tengo una casa simple, sabrosa, acogedora, con vista al mar y a la ciudad vieja. Es como si fuera mi medio ecológico. Creo que cuando uno descubre su medio ecológico, así como las plantas y los animales, hasta el organismo comienza a funcionar mejor” Gabriel Garcia Marquez

Jung plantea  la existencia de una energía al interior del alma que”se pone de manifiesto en la apremiante, casi irresistible necesidad de ser lo que se es, del mismo modo que cada organismo tiene que tomar por fuerza la figura propia de su ser”  

Este factor fue denominado por Jung como el Sí mismo y consideró a las figuras mandálicas presentes en todas las culturas como una de sus representaciones pictóricas.  

James Hillman, creador de la psicología arquetipal, propone entender dicha fuerza a través del mito de la bellota del alma. Este mito alude a que de la misma manera que en la bellota se contiene el patrón del árbol de roble, cada individuo dispone ya en sí mismo de su propio potencial de posibilidades singulares y únicas.  

Hillman resalta la presencia en diferentes religiones, mitologías y sistemas de pensamientos actuales y pasados, de la imagen de una energía del alma única de cada individuo que  busca desplegarse a lo largo de la vida y que se manifiesta como una llamada, una vocación, un destino.  

Esta energía singular es un tercer factor que se une a la naturaleza y la educación en la comprensión del desarrollo de los individuos. Hillman argumenta que para poder responder a esa llamada es necesario Crecer hacia abajo, como los árboles lo hacen con sus raíces,  y así poder reencontrarse con el “verdadero yo”, con nuestro centro, con las necesidades profundas del alma.

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3. La renovación de los mecanismos de defensa

Muralla de Cartagena

“Hay que enamorarse para olvidarlo todo, hacer limpieza y volver a empezar”  

Gabriel García Márquez.

Como reacción a  situaciones particularmente perturbadoras o dolorosas nuestra psique despliega recursos psicológicos para procurar mantener el equilibrio interno y evitar el sufrimiento. Estás formas típicas de reacción  se denominan en psicoanálisis mecanismos de defensa. 

Los mecanismos de defensa se pueden llegar a constituir en corazas, aspectos rígidos de carácter que nos impiden ser permeables a nuevas experiencias.  A pesar de que las circunstancias hostiles  que motivaron el despliegue de nuestras defensas ya no se encuentren presentes podemos continuar en ”pie de guerra”.

La psicoterapia junguiana se propone como un proceso para flexibilizar y actualizar nuestros mecanismos de defensa. Se procura construir un espacio y un vínculo reparador,   en los que  podemos conectar con nuestros miedos y vulnerabilidades sin temor a ser heridos. 

En ocasiones la necesidad  de actualizar nuestros mecanismos de defensas, nuestras actitudes, se ve movilizada por una crisis que nos impide seguir viviendo la vida como lo habíamos hecho.  Se nos promueve entonces el sacrificio de nuestra armadura para poder expresarnos de una manera más compleja e  integral; menos mediatizada por nuestras experiencias del pasado, más abiertos y sensibles a lo que nos propone el  presente y al futuro.

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4. El espacio terapéutico como Témenos o recinto sagrado

Ciudad Amurallada

“Cartagena es una ciudad que han intentado destruir durante más de cuatrocientos años, y, creo, está más viva que nunca”.  Gabriel Garcia Márquez

En la antigua Grecia un témenos  era un terreno delimitado y consagrado a un dios, excluido de usos seculares. Este espacio sagrado podía ser un pedazo de tierra, una gruta, un  castillo, una ciudad amurallada, un patio cuadrado o circular.  

La sacralidad del lugar era asegurada por la demarcación de una frontera que tiene orígenes antiguos. Originalmente fue un surco profundo realizado alrededor del recinto sagrado o templo, para salvaguardarlo de las influencias externas profanas, para protegerlo  de las fuerzas del mal. 

El Ténemos es una de las metáforas junguianas para el espacio terapéutico. La psicoterapia se propone como un lugar seguro  en el que podemos entrar en contacto con nuestros aspectos inconscientes. Se procuran brindar las condiciones para interactuar con nuestros “fantasmas y demonios”, con las fuerzas que nos trascienden.

La confrontación  con lo inconsciente acarrea una serie de  riesgos por lo que exige  la construcción de un espacio seguro y de contención, donde se puede “trabajar” con los contenidos psíquicos sin el riesgo de ser desbordado por ellos.   

El círculo “mágico” de seguridad, se construye en el vínculo terapéutico, a través  de la confidencialidad de lo expuesto en las sesiones,  del no enjuiciamiento,  de la atención  rigurosa por los horarios acordados, por la capacidad de contención del terapeuta y el respeto irrestricto por mantener la relación en su cualidad cuidadora y terapéutica.   

Lo anterior permite que se establezca  una zona de creatividad, de exploración, un base segura en la que podemos confiar y acudir , que nos sostiene, que sabemos que va a estar allí para apoyarnos.  Este espacio de confianza se va poco a poco internalizando, constituyéndose en un recurso psíquico, en un hogar interno que nos sostiene y nos promueve hacia la complejización de la personalidad. 

La ciudad es símbolo del centro, del Sí mismo, de nuestra naturaleza primordial, del Tao.  Las murallas protegen ese “tesoro difícil de alcanzar”,  que está reservado al iniciado, aquel que a través de una serie de pruebas se muestra digno de acceder a dicha revelación.

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5. Un «zapato para cada quien»

Monumento a los Zapatos Viejos

“Hay muchos métodos para escribir guiones pero la verdad es que ninguno sirve: cada historia trae consigo su propia técnica. Para el guionista lo importante es poder descubrirla” Garcia Márquez

La psicoterapia junguiana se propone como un acompañamiento para que las personas desplieguen su mayor autenticidad y singularidad. Este proceso de desarrollo y maduración de la personalidad que se pretende favorecer mediante el encuentro analítico,  se ve mediatizado por  eventos sintomáticos que vienen a promover un modo más complejo e integral de ser.  

Para Jung no es posible interpretar una conducta o actitud de la misma manera para todas las personas.   “La psique humana es algo enormemente ambiguo. En cada caso individual hay que preguntarse si una actitud o un «hábito» es auténtico o tal vez sólo una compensación de lo contrario”.  

Las metas terapéuticas se van adecuando de manera paulatina  con respecto a lo  que se puede ir infiriendo sobre la naturaleza singular de cada persona.  La intención es poder vislumbrar el camino que necesita transitar nuestra psique, cual es el mito, la historia que nos habita y que busca desplegarse a lo largo de nuestra vida. 

La psicoterapia junguiana no fundamenta entonces sus procesos en diagnósticos estandarizados ni en métodos, técnicas o protocolos que se puedan aplicar indistintamente a todas las personas “Por lo general, las grandes decisiones de la vida humana están sometidas mucho más a los instintos y a otros factores misteriosos e inconscientes que a la voluntad consciente y a las buenas intenciones de la razón. El zapato que le queda bien a uno le aprieta a otro, y no hay una receta universal para la vida” planteó Jung. 

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6. El viaje heroico de la mujer

Monumento a la India Catalina

“El machismo es lo que más detesto en este mundo. Toda mi obra es una condena larga y constante de esa actitud, porque el machismo es la peor desgracia que tenemos en América Latina y particularmente en el Caribe” Gabriel Garcia Márquez

La narración mítica del viaje del héroe, que se encuentra en la estructura de muchas historias antiguas y contemporáneas (nacimiento humilde y milagroso, llamado a una misión, pruebas, encuentro con  aliados y adversarios, lucha  contra el mal, descenso a los infiernos, encuentro del tesoro, matrimonio con la princesa) es para el psiquiatra suizo Carl Jung, una manifestación simbólica de un proceso de transformación psíquica que todos los individuos se ven compelidos a realizar lo largo de su vida.  

Aunque se considera que el mito del héroe hace referencia a hombres y mujeres,  desde hace unas décadas ha tomado fuerza la perspectiva de que el viaje heroico de la mujer  guarda algunas particularidades que lo diferencian del viaje masculino.

Una de las principales expositoras de esta perspectiva es la psicóloga junguiana Maureen Murdock, quien  consideró que el papel pasivo otorgado a las mujeres en la  estructura mítica,  bien sea esperando a ser rescatadas o sirviendo  de fuente de inspiración para el viaje del héroe, no daba cuenta de las conflictos, profundas transformaciones y heroicidades    de las que  era testigo  en sus consultas con mujeres, así como de su propio proceso personal.

Las mujeres se ven abocadas a  iniciar el viaje del héroe, es decir, la afirmación de su propia identidad, en un contexto patriarcal que ha minimizado y denigrado lo femenino.  Su fuente de identificación es valorada por el mundo externo de manera  peyorativa,  otorgándole connotaciones de  debilidad, victimismo, dependencia e irracionalidad.

Estos   falsos mitos serán algunos de los ogros y dragones con los que la mujer heroína  tendrá que combatir. Su viaje consiste entonces  en reconocer su valor en un contexto que la minimiza.

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7 El ánima o la “mujer desconocida” 

“En todo momento de mi vida hay una mujer que me lleva de la mano en las tinieblas de una realidad que las mujeres conocen mejor que los hombres y en las cuales se orientan mejor con menos luces” Gabriel Garcia Márquez

Jung plantea la existencia de una imagen arquetípica de lo femenino, que puede ser identificada en las historias y mitos  de todos los tiempos y lugares, así como en los sueños y fantasías de todos  hombres. Esta figura se representa  en mujeres con diferentes matices: seductoras, brujas, princesas  o guías espirituales. 

Hay sueños en los que aparece una figura femenina que no se puede acreditar de ninguna manera como conocida, sino que en el sueño se caracteriza como una figura indudablemente desconocida… El motivo de la mujer desconocida caracteriza a una figura de carácter extraordinariamente contradictorio y a la que no se podría poner en relación con una mujer normal. Se trata más bien de un ser fabuloso de una especie de Hada, la cual tiene también un carácter cambiante. Como se sabe, hay hadas buenas y malas; pueden transformarse en animales, pueden volverse invisibles, y su edad es imprecisa, ora son jóvenes, ora son viejas, su naturaleza no es humana, sino élfica, con un carácter de alma parcial, son seductoras, peligrosas, y tienen un saber superior.. La mujer desconocida es una personificación de lo inconsciente que he denominado ánima” 

En la teoría original de Jung el ánima es la representación de la  contraparte femenina en la psique del hombre. Actualmente se plantea también como un aspecto de lo femenino arquetipal en todas las personas.  En su aspecto más refinado  funciona como mediadora y guía con el mundo interior, con la corporalidad,  con las emociones,con la naturaleza en general.  Sus particularidades complementan los atributos de la conciencia. El ánima colabora en la búsqueda de significado, es la musa creativa de los artistas.  Este factor inconsciente se proyecta en las parejas o en otras mujeres que adquieren  entonces una cualidad “mágica”, bien sea con cualidades divinas o diabólicas. Una de las representaciones del ánima es Ariadna,  que le proporcionó  a Teseo el hilo que le permitió entrar y salir del laberinto  o Beatriz, que acompañó a Dante en su descenso a los infiernos. 

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8 El oro filosófico como vocación

Museo del Oro

“En la esquina de los dos grandes océanos se extendían cuarenta mil leguas cuadradas que Colón entrevió apenas en su cuarto viaje, y que hoy lleva su nombre: Colombia. Lo habitaban desde hacía unos doce mil años varias comunidades dispersas de lenguas diferentes y culturas distintas, y con sus Identidades propias bien definidas. El oro y las piedras preciosas no tenían para ellos un valor de cambio sino un poder cosmológico y artístico, pero los españoles los vieron con los ojos de Occidente: oro y piedras preciosas de sobra para dejar sin oficio a los alquimistas y empedrar los caminos del cielo con doblones de a cuatro. Esa fue la razón y la fuerza de la Conquista y la Colonia, y el origen real de lo que somos” García Márquez

Carl Jung encontró múltiples correspondencias simbólicas entre las descripciones de los tratados alquímicos medievales con el modelo de transformación psíquica  denominado en su  psicología analítica como proceso de individuación.  

Los verdaderos alquimistas, resaltó,  no se perdían en la búsqueda literal del oro vulgar, para ellos el fin de la Obra, era el oro filosófico, la  piedra filosofal, la expresión de la divinidad en el individuo, un aspecto inefable y con un valor espiritual más que material.

El proceso de individuación supone; para la psicología junguiana, reconocer nuestra propia ecuación arquetípica, esto es, nuestra íntima naturaleza, la expresión de lo absoluto e inefable en cada uno de nosotros; aquello que es fuente de sentido y significado, que nos otorga la sensación de que la vida merece ser vivida, nuestra vocación, nuestro particular llamado.

“Tratar de que me quieran por un buen cuento que conté…, esa es mi verdadera vocación” confesó Gabo en alguna ocasión.  

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9. Sobre la realidad psíquica o la realidad del alma

Casa de García Márquez

 “La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artilugio logramos sobrellevar el pasado” Gabriel Garcia Márquez 

Para Jung “la psique crea la realidad día a día mediante la imaginación” podemos añadir, mediante la interpretación y la manera cómo recordamos lo que hemos vivido.   

Se considera entonces que la naturaleza de las cosas y situaciones exteriores resultan inaprensibles, por lo tanto,  lo que llegamos a conocer está formado esencialmente de materiales psíquicos.  Para Jung, es  esta realidad,  la realidad  psíquica, la del alma, la que recordamos, en la que deben apoyarse los procesos psicoterapéuticos. 

Lo real es lo que resulta operante, lo que nos afecta.  Los hechos externos, objetivos  e  inaprensibles no pueden llegar a ser transformados. El registro subjetivo, nuestra interpretación, la actitud hacia esos hechos sí puede ser modificada. 

El registro interno de nuestras experiencias  puede presentarse de manera rígida y mantenernos atados a un pasado mítico paralizante.  La psicoterapia junguiana pretende favorecer el despliegue de los recursos internos de sanación y simbolización de las personas, para que la tendencia inherente de nuestra psique hacia la complejización e integralidad siga su curso.  

El narrar nuestra historia de vida  hace  parte de ese camino de resignificación. Como escribió Garcia Marquez en su autobiografía  “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”

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10. El agua amarga de la transformación

Isla de Tierra Bomba

“Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados” Gabriel Garcia Márquez

El proceso de hacer consciencia, de hacer alma, que transcurre durante toda la vida, implica inevitablemente  aceptar la oscuridad, la negrura de nuestra psique, y atravesar las tinieblas de la sombra: de lo no reconocido, rechazado o aun no desplegado por nuestra consciencia. 

Jung considera este tránsito como una etapa inevitable de todo proceso psicoterapéutico. Haciendo uso de las imágenes de la alquimia describe esta etapa como la consciencia y el conocimiento proporcionados por un agua amarga. Experiencia amarga  que funciona como una penosa corrección y relativización de actitudes que necesitan ser refinadas. “Es amargo tener que descubrir tras los ideales de altos vuelos convicciones unilaterales, a menudo obstinadas y por eso tanto más queridas, y bajo pretensiones nobles y heroicas, el egoísmo brutal, los deseos y comodidades infantiles”. 

El agua salada tiene la facultad de diluir, de corroer,  de fragmentar los aspectos que necesitan ser transformados. También posee , como  las lágrimas,  un efecto limpiador que resulta útil para sanar las  heridas.  

Las rupturas amorosas, los amores contrariados de los que habla Gabo, se encuentran entre las experiencias que pueden llegar a generar más sufrimiento y disrupción en la vida de las personas. Por el mismo motivo poseen  también un gran potencial de promoción de conciencia, maduración y transformación.

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11. Las flores amarillas como expresión simbólica del “Sí mismo” o “Self”

Barrio de Getsemaní

García Márquez cuenta que antes de cumplir los ocho años su abuelo le enseñó que las flores amarillas eran símbolo de buena suerte.  Las flores amarillas  hicieron parte de varios pasajes de su obra, como cuando cayeron de manera abundante luego de la muerte de José Arcadio Buendía en Cien Años de Soledad «Vieron a través de la ventana que estaba cayendo una llovizna de minúsculas flores amarillas…. Tantas flores cayeron del cielo, que las calles amanecieron tapizadas de una colcha compacta, y tuvieron que despejarlas con palas y rastrillos para que pudiera pasar el entierro”.  En su vida también estuvieron presentes las flores amarillas. En la ceremonia de entrega del premio nobel, a los asistentes se les entregó una rosa amarilla para que la llevaran en la solapa, tal como lo hizo el propio autor en aquella ocasión.  

La flor amarilla es un elemento recurrente en la literatura latinoamericana presente en autores como Borges o Cortázar.  Pablo Neruda en 1957 publica un poema titulado “Oda a unas flores amarillas”:  «Son florecitas playeras, surgidas en la arena para recordarles a las personas el ciclo de la vida y la muerte: Polvo somos, seremos. Ni aire, ni fuego ni agua sino tierra, sólo tierra seremos y tal vez unas flores amarillas».

Para Jung, las flores amarillas aluden al oro filosófico, al tesoro supremo. Las considera  una de las expresiones simbólicas  del Sí Mismo, energía primordial de la psique, de la que todo se origina y a la que todo confluye. Es el aspecto inefable que  promueve el orden, la conjunción de los opuestos, el crecimiento y la complejización de la personalidad. “La Flor de Oro es la Luz, y la Luz del Cielo es el Tao”, es el germen y el potencial de todo lo que puede llegar a ser manifestado. Es lo que brota en nuestro interior, lo que nos infunde vida.   

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12 Los sueños como expresión de la sabiduría imaginativa de la psique

Isla de Tierra Bomba

“Nunca podría escribir un libro a partir de una idea; parto siempre de una imagen, de un sentimiento, y todo el libro desarrolla esa tesis. A partir de una idea se podrán escribir ensayos y tratados, no otras cosas” Gabriel Garcia Márquez

En la psicología junguiana, los sueños se consideran productos de la naturaleza; emanaciones de aquella fuerza creativa que se encuentra implícita en la conformación de las células, en los tejidos de las hojas de los árboles, en nuestra piel y en las expresiones culturales y artísticas. 

Se les atribuye por tanto una sabiduría intrínseca que se expresa a través de imágenes simbólicas. Esta fuerza creativa hace uso de las impresiones de la víspera, de los restos diurnos y de nuestras experiencias vitales para construir las imágenes y las historias de nuestros sueños.

Para Jung los sueños son  esencialmente subjetivos y se pueden considerar como una especie de teatro “ donde el soñador es a la vez escenario, actor, gerente, autor, público y crítico” 

Los sueños nos permiten acceder al significado simbólico y profundo de nuestras experiencias vitales. Son un símbolo, en el sentido de re-unión, de puente, con las necesidades singulares de nuestra psique, y transmiten caminos posibles de acción ante los cuestionamientos que han acompañado a la humanidad desde sus inicios.

Artículo completo El significado de los sueños en la psicología junguiana

13 La “mujer oscura”  como símbolo de redención

Bailarina Cartagenera

“Mis mujeres están mucho más enraizadas en la realidad que los hombres. Tienen los pies bien plantados; son sólidas, pacientes, constantes. Los hombres son criaturas quiméricas, capaces de acciones locas y grandiosas, pero incapaces de la paciencia y la constancia, débiles en la adversidad, buscando el apoyo de la mujer que en la adversidad será firme como las rocas”  Gabriel Garcia Márquez.

Para Jung, la identificación unilateral del pensamiento contemporáneo con  la racionalidad, el materialismo y el progreso ha generado  una crisis colectiva que exige la transformación de principios y símbolos básicos. “El ser humano se siente aislado en el cosmos. Ya no está arropado por la naturaleza y ha perdido su participación emocional en los acontecimientos naturales que hasta ahora habían tenido un significado simbólico para él”.

El distanciamiento paulatino del ser humano con la naturaleza le ha hecho olvidar la red de interdependencia que le vincula con todos los seres que habitan el planeta. Nos hemos ubicado  en un pedestal desde que pretendemos  someter,  explotar o negar de todo aquello que se considera inferior en algún sentido: la naturaleza, el cuerpo, las emociones, la intuición, lo femenino. 

La analista junguiana Marion Woodman desarrolló ampliamente dicha perspectiva “El alma femenina es la que nos fundamenta;  nos ama y nos acepta en nuestra totalidad. Nuestro reto hoy es encarnar esto. Desde hace algún tiempo he estado viendo sueños, cientos de sueños de  personas de ambos sexos, sobre mujeres grandes y oscuras. Ellas aparecen como bailarinas, magníficas gitanas, una cocinera portuguesa  o gente que conocieron en las Bahamas. Estas grandes maravillosas mujeres negras son un símbolo redentor. Ellas son una imagen salvadora porque tienen contacto con el cuerpo, y también tienen amor por él. Nos evocan a la Virgen Negra, la virgen de la tierra oscura que se adoraba en la Edad Media y que todavía se venera en muchos países europeos hoy en día”

Artículo completo en La “mujer oscura” como símbolo de redención

14. El viaje nocturno por el mar

Bahía de Cartagena

“El miedo a la muerte lo tiene todo el mundo, pero más que miedo a la muerte misma es miedo al tránsito. Por eso creo que los más felices son los que se mueren de un infarto fulminante. En fin… creo que el miedo no es a estar muerto, sino a estar muriéndose” Gabriel Garcia Marquez

El tema mítico del viaje nocturno por el mar alude al recorrido que  realiza el sol cada noche, por el mar del inconsciente, para renacer renovado en la mañana.  Este descenso es interpretado por Jung como una vuelta a la madre, que es a la vez tumba y útero.  

El viaje nocturno por el mar está relacionado con el tránsito  por el vientre de la ballena, en el que el héroe se enfrenta a sus mayores miedos, se expone a la  limitación de su fuerza de voluntad y a la frustración de sus expectativas conscientes. Para superar el apuro en el que se encuentra, le es necesario renunciar a sus antiguas identificaciones. Muere entonces en alguna actitud infantil o egocéntrica, en un punto de vista estrecho o unilateral.

El viaje nocturno por el mar alude a la desorientación que se presenta cuando nos encontramos entre el mundo que no acabo de finalizar y el nuevo que no ha acabado de emerger. Es un momento crítico cuando la posibilidad de la destrucción y la muerte son posibles.  La transición hacia el mundo venidero implica una muerte simbólica, el sacrificio de hábitos, actitudes, puntos de vista que resultan insostenibles.

“En el inframundo comprendió Psique cierto tipo de belleza que es invisible, el carácter de Hércules tuvo que ampliarse para aceptar realidades que no son físicas. Inanna prestó atención a cosas desconocidas en el mundo superior” resalta Hillman

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15 El castillo como símbolo del descenso arquetípico

Castillo de San Felipe

“No he logrado salir de la infancia, allí residen mis miedos” Gabriel Garcia Márquez

  El mito del héroe es para Jung la expresión simbólica  de la maduración de la personalidad, del hacer consciencia, del despliegue de nuestra individualidad.  Dicho proceso implica un desgarramiento, una lucha por desprenderse  de lo inconsciente, de la madre en su aspecto devorador,  que se representa  en el dragón que custodia el castillo o el tesoro.  Lo inconsciente para la psicología junguiana es también  fuente de vida, es la madre en su aspecto nutricio, cuidador, por lo tanto cada  avance en el proceso evolutivo implica una regresión, un descenso  a esta fuente primordial de todo lo creativo. 

En palabras de Jung” el objeto del descenso está caracterizado de manera muy general por el hecho de que en ese dominio peligroso —profundidad de las aguas, caverna, bosque, isla, castillo, etc.—, habrá de encontrarse el «tesoro difícilmente accesible» —joya, virgen, elixir de vida, superación de la muerte, etc. Ese miedo y esa resistencia que todo hombre natural experimenta frente a un descenso demasiado profundo en sí mismo son en el fondo el miedo al viaje al Hades. Si sólo se experimentara resistencia, la cuestión no sería tan grave. Pero, en realidad, de ese fondo psíquico, precisamente de ese espacio oscuro, desconocido, emana una atracción fascinante, que amenaza hacerse tanto más dominadora cuanto más profundamente se penetra”

El héroe teme adentrarse en el castillo por los peligros que acarrea pero se ve motivado por una irresistible fascinación, ya que allí aspira hallar el tesoro difícilmente alcanzable, que en terminos psicologicos corresponde al sentido,  la totalidad,  el despliegue de nuestro particular llamado, la esperanza de la  satisfacción nuestros anhelos más íntimos. 

El desarrollo de nuestra personalidad implica enfrentar miedos que nos han mantenido estancados;  asumir riesgos que habíamos estado evitando, afrontar sentimientos  anestesiados.  Hay una tendencia del ego hacia el movimiento, y otra muy fuerte a mantener la posición ya alcanzada. El ego puede experimentar los  grandes cambios a los que se nos convoca  a lo largo de la vida como una muerte simbólica, con el temor que implica transitar por ese estado. 

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16  Más allá del héroe

Escultura a los Héroes de la independencia en la Plaza de la Trinidad

“El secreto de una vejez feliz es un pacto honrado con la soledad.”

Gabriel Garcia Márquez

Para la psicología junguiana la salud mental tanto a nivel individual como colectiva se encuentra relacionada con el dinamismo, con la danza armónica de las polaridades inherentes a la existencia (luz, oscuridad, consciente-inconsciente, vida-muerte, bien-mal etc). La tensión e interacción de dichas polaridades  promueve el despliegue de integralidad, de totalidad. La identificación con alguna perspectiva parcial y unilateral se considera  fuente de desequilibrio, de estancamiento. 

Culturalmente el culto a los héroes, a los que se les rinden homenajes con monumentos en plazas de pueblos y ciudades, se encuentra relacionado, según el analista junguiano James Hillman,  con la identificación colectiva con valores heróicos como: el éxito, la fuerza de la voluntad, con el progreso. El imperativo es crecer,  competir, ser  fuertes, emprendedores y triunfar a costa de lo que sea. La sobrevaloración de estos aspectos reprime las polaridades complementarias: la muerte, el fracaso, la debilidad, la tristeza, la colaboración. 

Para la psicología junguiana la unilateralidad genera inevitable una compensación a través de circunstancias sintomáticas que promueven el retorno al equilibrio.  Los síntomas nos conducen a transitar por los aspectos desatendidos, le dan cabida a los dioses internos que han sido excluidos.   

Por ejemplo para Hillman “a través de la depresión entramos en las profundidades y en las profundidades encontramos el alma. La depresión es esencial para el trágico sentido de la vida. Humedece el alma seca y seca lo húmedo. Trae refugio, limitación, concentración, gravedad, peso y humilde impotencia. Recuerda a la muerte. La verdadera revolución comienza en el individuo que puede ser fiel a su depresión”

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17 El problema más difícil

Iglesia Santo Toribio

“En el curso de los años llegaron por distintos caminos a la conclusión sabia de que no era posible vivir juntos de otro modo, ni amarse de otro modo: nada en este mundo era más difícil que el amor” Gabriel Garcia Márquez

“El problema del amor se me aparece como una montaña monstruosamente grande que con toda mi experiencia no ha hecho más que elevarse, precisamente cuando creía casi haberla escalado” CG Jung

Desde la perspectiva de la psicología junguiana, las relaciones de pareja se consideran como un “lugar” en el que se fomenta la transformación y maduración de la personalidad del individuo así como de la pareja misma.  Este proceso se describe como conflictivo y en ocasiones doloroso.  

La aproximación hacia las relaciones de pareja como un contenedor para el refinamiento de nuestra personalidad se aleja del anhelo predominante que pretende asumirlas como espacios de felicidad y armonía.   

 Es entonces a partir de la frustración y la tensión inherentes a las relaciones íntimas  que nos motivamos a evolucionar. Las fricciones actúan como una piedra que muele y refina nuestra personalidad desplegando así nuestro mayor potencial. A este proceso de crecimiento y maduración lo denominó Jung Proceso de individuación.

Artículo completo en Los conflictos en la relación de pareja como camino de transformación interior

18 África como el mundo de la infancia: el fondo primigenio de nuestro ser

Desde el Siglo XVI hasta el siglo XIX fueron sacados violentamente de su continente natal, por parte de traficantes europeos, cerca de 60 millones de africanos para ser esclavizados en América, llegando con vida unos 12 millones.   

La Rebelión (1986), una de las canciones de salsa más populares en Colombia, del compositor y cantante cartagenero Álvaro José “ el Joe” Arroyo, narra con bellísimos versos y sonidos, un poco de esta historia “negra” de  esclavitud, maltrato, herencia africana, resistencia y emancipación. 

Garcia Marquez  estuvo en  el sur de  Africa  en 1977 interesado por lo que estaba sucediendo en  Guinea luego de su declaración de  independencia de Portugal.  En una entrevista manifestó con respecto a ese viaje “Yo esperaba encontrarme en un mundo extraño, totalmente extraño, y desde el momento en que puse los pies allí, desde el momento mismo en que olí el aire, me encontré de pronto en el mundo de mi infancia” “Volví a tener, inclusive, las pesadillas que tenía en la niñez”

Jung narra en su autobiografía  una visión que tuvo durante una  de sus estancias en África.  Lo describe como un viaje de retorno “al fondo primigenio oscuro, materno, terrenal, de nuestro ser ..Cuando el primer rayo de sol anunció el comienzo del día me desperté. En este momento el tren, envuelto en una roja nube de polvo sobre nuestras cabezas, bordeaba una escarpada pendiente de rocas rojas. Sobre un pico rocoso había, inmóvil, una figura delgada y negra, apoyada sobre una larga lanza, que miraba el tren. Junto a él se alzaba un enorme cactus en forma de candelabro. Quedé fascinado por esta visión. Era una imagen extraña, jamás vista y a la vez como un sentimiento de déjá vu muy vivo, la sensación de haber vivido ya este momento y como si hubiera conocido de siempre aquel mundo separado de mí sólo por el tiempo. Me parecía como si regresara al país de mi juventud y como si conociera a aquellos hombres de piel oscura que me aguardaban desde hacía cinco mil años. No sospechaba qué fibra de mi ser haría vibrar la visión del solitario cazador negro. Sólo sabía que su mundo era el mío desde hacía incontables milenios”

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19 La transgresión como integralidad

“Lo más absurdo de la situación de ambos era que nunca parecieron tan felices en público como en aquellos años de infortunio. Pues en realidad fueron los años de sus victorias mayores sobre la hostilidad soterrada de un medio que no se resignaba a admitirlos como eran: distintos y novedosos, y por tanto transgresores del orden tradicional” Gabriel García Márquez en  El amor en los tiempo del cólera.

Para Jung, la realización de la vida no consiste en la búsqueda de perfección, sino de totalidad e integralidad. Resalta la paradójica observación  de Tales de Mileto “en el sentido de que las monedas no adquieren auténtico valor hasta no estar oxidadas”, lo que le parece una paráfrasis alquimista que quiere decir “que no hay luz sin sombras, ni integridad anímica sin imperfección. En esto se comprende la “espina en la carne, al sufrir por la existencia de faltas, sin las cuales no existe ningún adelante ni ningún hacia arriba”

Para la psicología junguiana  no es posible entonces desplegar una vida creativa y auténtica sin la transgresión de una norma, un tabú o un mandato y sin asumir los sentimientos de malestar que emergen ante dicha transgresión.

Para aliviar el sufrimiento, los sujetos se ven forzados a hacer una retribución con valores equivalentes a los transgredidos. En palabras de Jung “el primer paso en la individuación es una culpa trágica. La acumulación de culpa demanda expiación”

La culpa en este sentido está relacionada con la necesidad imperiosa de sentirnos útiles, de brindar nuestro aporte singular al mundo. De esta manera, la sociedad crece a partir del crecimiento del individuo que es motivado por su deseo de reparación

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20 Salsa y psicología junguiana: la música como resistencia

Estatua de «el Joe» Arroyo

“La música es revolucionaria como la literatura es revolucionaria, como la poesía es revolucionaria, si es buena. Toda la belleza es revolucionaria” Gabriel Garcia Márquez

La salsa es una expresión de fusión, mestizaje y sincretismo cultural que se ha vivido en América por más de 5 siglos, en la que las supervivencias de aspectos culturales africanos han sido fundamentales.  

La Rebelión (1986), una de las canciones de salsa más populares en Colombia, del compositor y cantante cartagenero Álvaro José “ el Joe” Arroyo, narra con bellísimos versos y sonidos, un poco de la historia “negra” de  esclavitud, maltrato, herencia africana, resistencia y emancipación. 

La Salsa como producto cultural emerge condicionada por los mismos vientos y olores —mediados de los años 60 y comienzos de los 70—, que incidieron en el surgimiento del movimiento hippie, del Rock, del Punk, de la psicología arquetipal de James Hillman y López Pedraza. 

Una atmósfera vitalista, telúrica —referida a la tierra, al cuerpo, a lo emocional—, contenedora de lo marginal y lo diverso. Una energía de transgresión, y resistencia, relacionada con la conciencia trágica, que para la psicología junguiana emerge como compensación a la enquistada predominancia de la identificación colectiva con la razón y el mecanicismo. 

Ante la sobresaturación de lo artificial, de lo mecánico, de lo digital, padecemos colectivamente de un hambre de alma, de vida, de autenticidad, de emoción, de vinculación íntima, de “sabor”

Artículo completo en Salsa y psicología junguiana (parte II de IV)

 21 La  polaridad Puer-Senex: una conjunción necesaria

Playa de Pescadores

“Desde niño le crean a uno la imagen de los años como el límite de la juventud, el último chance. A los sesenta años ya uno era viejo, tenía que vestirse como viejo, ser viejo. Los que lo creían se volvían decrépitos. Tampoco yo escapaba a esa idea, porque es un sentimiento que va in crescendo. Y, de pronto, despierta uno y se encuentra con que tiene sesenta años y se siente lo mismo que nunca, más aún, más tranquilo, más convencido de lo que está haciendo, con más capacidad de amor”  Gabriel Garcia Márquez

La psicología junguiana pretende favorecer la conjunción de las polaridades complementarias que integran nuestra psique: consciente-inconsciente, luz-oscuridad, femenino-masculino. La polaridad Puer-Senex es una de las más relevantes y presentes  a lo largo de nuestra vida. 

En su aspecto luminoso el Senex representa  la capacidad de reflexión, las “revelaciones” inesperadas en momentos de gran desconcierto e incertidumbre, las preguntas que nos promueven el movimiento psíquico, la “voz” de la experiencia interna, la disciplina necesaria para conseguir objetivos.  En la mitología se representa como el viejo sabio, como la anciana conocedora de las fuerzas sutiles. En su aspecto negativo es el “temible preparador de venenos”, alude a la codicia, la tiranía, la petrificación. Se le relaciona con Cronos en su aspecto devorador, que impide el surgimiento de la nueva vida. 

El Puer por su parte, se relaciona con el arquetipo del Niño Divino, con Hermes. En su aspecto luminoso representa la renovación de la vida, se refiere a la espontaneidad, la creatividad, la búsqueda de trascendencia, la  capacidad de asumir riesgos y aventuras, el impulso que nos convoca a las nuevas experiencias, a transformar las estructuras establecidas. En su aspecto negativo el Puer hace referencia a la impaciencia, la falta de tolerancia a la frustración,  la incapacidad para establecer vínculos profundos y duraderos, la dificultad para asumir límites y normas.   

El aspecto luminoso de la polaridad Puer-Senex se manifiesta cuando ambos aspectos  actúan de manera articulada.  La tensión entre lo nuevo y lo viejo permite la construcción de estructuras dinámicas y flexibles en la psique. Nos permite un conocimiento  que no pierde la inocencia y  la curiosidad.  Un entusiasmo que no se desvanece ante las primeras dificultades.  Una sabiduría que acoge las paradojas y la incertidumbre.  Una fortaleza que no prescinde de las vulnerabilidades.  Una adaptación a los requerimientos colectivos sin perder nuestra singularidad. 

Cuando  nuestro niño y nuestro viejo sabio se encuentran escindidos se produce un desequilibrio,  un estancamiento.   Necesitamos que ambos aspectos  actúen de manera conjunta para poder navegar y recorrer el camino complejo de la vida

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22 Los complejos afectivos o los personajes que nos habitan

Portal de los dulces

“El amor en los tiempos del cólera –la escribí aquí en Cartagena– trabajaba toda la mañana; en la tarde me daba una vuelta por el Portal de los Dulces a oír frases, a oír palabras. Salí a buscar los lugares donde vivían los personajes, trabajando en ocasiones como si fuera para hacer una película” Gabriel Garcia Márquez

Los complejos son un conjunto de ideas y pensamientos inconscientes con una fuerte carga afectiva que se van formando a partir experiencias personales relacionadas con la temática de algún arquetipo. El complejo paterno, por ejemplo, se nutre de las experiencias personales y singulares que hayamos tenido con nuestro propio padre y con otras figuras paternales, siempre bajo el trasfondo del arquetipo del Padre universal.

Los complejos son las partes constitutivas de la psique y no solo hacen parte del ámbito de la psicopatología. Cuando se constela o activa un complejo se comporta de manera autónoma como si fuera una especie de “subpersonalidad” o  como un personaje interno que altera nuestra forma de actuar y percibir la realidad.  Este es el motivo por el que se modifica nuestra forma habitual de comportarnos al estar imbuidos en emociones intensas que nos ponen “fuera de sí” como, por ejemplo, al estar enamorados, en relaciones con figuras de autoridad, bajo el influjo de los celos o la ira, en situaciones de peligro etc. 

Podemos llegar a percibir interiormente estos estados como si estuviéramos “poseídos” por un genio o un demonio que nos promueve a actuar de una forma particular. Los complejos son los responsables también de los patrones repetitivos en nuestra vida, que nos llevan una y otra vez a situaciones que conscientemente quisiéramos evitar.

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23 El Héroe como energía vital en transformación

Plaza de Bolívar

«Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga a parirse a sí mismos una y otra vez» Gabriel García Márquez

Para Jung,  la figura del héroe mítico es la personificación simbólica de la fuerza vital interna que es motor de crecimiento y transformación psíquica.  Nuestro héroe interno es el que nos promueve   a transitar  aventuras, asumir  riesgos y  sobrepasar  los obstáculos necesarios para el desenvolvimiento de nuestro ser. El héroe arquetípico es  también la energía que nos conduce a transgredir los cánones establecidos para poder edificar un nuevo orden interno.

En la mitología los héroes suelen ser viajeros, y al igual que el sol, recorren una ruta que los lleva a su máxima luminosidad y potencia, para luego hundirse en las profundidades de la noche, muriendo simbólicamente para renacer en el alba.  

Míticamente los héroes suelen emerger en épocas de precariedad, de muerte de formas sociales, de creencias religiosas, políticas o psicológicas. En nuestra vida personal nos podemos ver abocados a realizar el viaje interno de transformación cuando nos sentimos estancados, con ansias de sentirnos más plenos o cuando las circunstancias del contexto nos aprietan cada vez más. Así, la llamada a emprender el viaje  puede verse precedida de una crisis, una ruptura amorosa,  un duelo o  en general de circunstancias que nos conducen a la búsqueda de otros horizontes. 

La meta del camino del héroe se representa como la búsqueda de un tesoro, una tierra prometida, la piedra filosofal, el santo grial, el príncipe o la princesa. Cada uno de nosotros posee el objeto de su búsqueda y, sin embargo, lo usual es que  el camino nos sorprenda con tesoros que jamás habíamos imaginado encontrar.

Los viajes como procesos de transformación interior: una lectura arquetipal

24 Bailar como imaginar con el cuerpo

Bailarina Cartagenera

“No sé qué tiene el acordeón de comunicativo que cuando lo oímos se nos arruga el sentimiento”  Gabriel García Márquez

“Bailar siempre está relacionado con la creación. Śiva baila el origen y la destrucción del mundo. Bailamos no solo para producir la unión con nosotros mismos, o para manifestarnos, sino para producir lluvia, o la fertilidad de las mujeres, o de los campos, o para derrotar a nuestro enemigo. La idea de un efecto, o de algo producido, está siempre relacionada con la idea de bailar. Por ello, era originalmente un ritual mágico por el que algo era producido” CG Jung

Para Jung, la conciencia simbólica, la imaginación, la creatividad, es la facultad que nos permite realizar un diálogo con lo oculto, con lo trascendente, con lo irracional, con nuestros potenciales no vividos. El movimiento expresivo del cuerpo es uno de los variados modos de expresión y de acceso a la imaginación. La danza puede ser concebida  como un imaginar con el cuerpo, un instrumento de acceso y diálogo con lo inconsciente.

Salsa y psicología junguiana (parte I de IV)

25 Los artistas y las mujeres mediales como mediadores del padecer anímico colectivo

Arte urbano en Getsemaní

“Lo que quiero contar, lo hago escrito, solito en mi cuarto, y con mucho trabajo. Es un trabajo angustioso pero sensacional. Vencer el problema de la escritura es tan emocionante y alegra tanto que vale la pena todo el trabajo; es como un parto” Gabriel García Márquez

Jung considera que el artista ha sido siempre un instrumento y portavoz del espíritu de su época, al igual que los científicos que “paren” las ideas que se encuentran en  el momento de darse a la luz, de ser conscientes. 

Los artistas “dan forma a la naturaleza y los valores de su tiempo que, a su vez, les forman a ellos”, funcionan como profetas del mundo venidero.

Se considera así mismo que nuestros dramas y conflictos individuales son expresión también de un padecer colectivo. 

La analista junguiana Toni Wolf plantea que hay un tipo de mujeres con una sensibilidad especial que las hace servir de mediadoras entre el mundo interno y el mundo externo. Las mujeres mediales, como las denomina, se ven absorbidas y moldeadas por lo que busca hacerse consciente en determinada época constituyéndose en portadoras de nuevos principios y valores. La mujeres mediales captan y escenifican en los conflictos de su propia vida, en los dolores de sus propios cuerpos, lo que “se encuentra en el aire”, lo que la conciencia colectiva no acaba de admitir: la necesidad de integrar lo femenino denostado y reprimido.

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26 La vocación como destino: aprender es recordar

Librería en la Puerta del Reloj

“Se nace escritor, pintor o músico. Se nace con la vocación y en muchos casos con las condiciones físicas para la danza y el teatro, y con un talento propicio para el periodismo escrito, entendido como un género literario, y para el cine, entendido como una síntesis de la ficción y la plástica. En ese sentido soy un platónico: aprender es recordar”  Gabriel García Márquez

Hillman resalta la presencia en diferentes religiones, mitologías y sistemas de pensamientos actuales y pasados, de la imagen de una energía del alma única de cada individuo que  busca desplegarse a lo largo de la vida y que se manifiesta como una llamada, una vocación, un destino.  

Esta energía singular es un tercer factor que se une a la naturaleza y la educación en la comprensión del desarrollo de los individuos. Hillman argumenta que para poder responder a esa llamada es necesario Crecer hacia abajo, como los árboles lo hacen con sus raíces,  y así poder reencontrarse con el “verdadero yo”, con las necesidades profundas del alma..

La vocación, este aspecto singular que busca desplegar nuestra alma, se manifiesta en nuestros talentos, en las necesidades más apremiantes, en aquello que clama expresarse y que en ocasiones  dejamos de atender por la necesidad de aprobación,  por burlas  o por no corresponder a los criterios de éxito predominantes. 

La psicoterapia junguiana no pretende cambiar a una persona ni adaptarla a lo socialmente aceptado, al igual que no se le puede pedir a un árbol de manzanas que produzca peras. Lo que se pretende es aportar las mejores condiciones para que cada persona despliegue sus singulares frutos. En este sentido, se tiene como premisa que no se puede intervenir en una semilla para que sea lo que no es, sino favorecer su propia potencialidad.

Artículo completo en El Daimon o la imperiosa necesidad de ser uno mismo

27  El retorno de lo femenino denostado

Convento del Cerro de la Popa

“Mi abuela daba la impresión de que tenía algún hilo secreto con ciertos poderes sobrenaturales. En mi infancia era asombroso ver cómo ella creía adivinar las cosas y hacía pronósticos y profecías que luego se cumplían” Gabriel García Márquez

En lo alto del cerro de la Popa se construyó un convento en 1610, en donde al parecer  en los años de la Colonia existía un lugar  clandestino en donde los indios y esclavos africanos adoraban a una deidad llamada «Buziriaco» o «Cabro Urí» que tenía apariencia de un macho cabrío. Su culto fue reemplazado por la imagen de la Virgen de la Candelaria que actualmente es la patrona de la ciudad de Cartagena de Indias.

La virgen de la candelaria es una de la expresiones de las vírgenes negras que son imágenes que  representan a la la Virgen María  como de piel oscura o casi completamente negra, estas imágenes  se popularizaron en Europa en el Siglo XII.

Desde la perspectiva  junguiana se  propone  entender las Vírgenes negras como continuadoras del rol de las antiguas divinidades precristianas relacionadas con la fecundidad y la fertilidad.  Expresiones de estas divinidades telúricas son  la diosa sumeria Inanna, Isis , Artemisa o Lilith.  Ellas encarnan la potencia y la fuerza de la naturaleza.  Son  expresiones de la Madre Tierra, diosas de la fecundidad, del  principio femenino primordial al que se le rinde culto, según evidencias arqueológicas, desde el paleolítico, hace unos 20.000 años a.C.  Se plantea que  este principio  ha sido denostado, negado o reprimido durante  los últimos 4000 años de predominio patriarcal.

Las imágenes  de la Virgen negra  suelen tener  un aspecto andrógino, como Dionisio.  Este aspecto  contrasta con la imagen de la madre sumisa de los evangelios.

La perspectiva junguiana se suma a la visión de que la energía de lo femenino primordial se encuentra fuertemente constelada de manera colectiva, exigiendo una vez más su reconocimiento consciente.

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28  Sincronicidad, muerte y liminalidad

Mausoleo Gabriel García Márquez en el Claustro de la Merced


Lo liminal se refiere  a un momento del espacio-tiempo de transición, de estar en un umbral, entre una cosa que se ha ido y otra que está por llegar. Son estados liminales la enfermedad, la adolescencia, la duermevela, los viajes, la medianoche, el fin de año, la muerte. 

Espacios liminales son los aeropuertos, los lugares de intercambio comercial, los cruces de camino,  los cementerios. Tradicionalmente se han considerado los espacios y los momentos liminales como momentos mágicos, espacios  donde pueden suceder hechos extraordinarios.

Estos momentos y lugares se relacionan mitológicamente con Hermes, el mensajero de los dioses. Para la psicología junguiana los momentos liminales son propicios para las sincronicidades,  aquellos  hechos extraordinarios en los que podemos percibir el influjo del mundo arquetípico en nuestras vidas. 

En las biografías de personas  que han tenido un gran impacto a nivel colectivo se suelen narrar hechos de sincronicidad alrededor de su muerte, como: sueños en los que se despide de gente cercana, relojes que se detienen en el momento de la muerte, objetos que se estropean, entre otros. 

Con respecto a la muerte de Jung se narran diversos hechos relacionados. El más comentado es que dos horas antes de su muerte, se precipitó una fuerte tormenta y un rayo impactó sobre un álamo ubicado en el jardín de su casa.  El propio Jung había plantado este árbol muchos años antes y era en el que habitualmente se sentaba para leer, conversar con sus amigos o para esculpir piedra. 

El hijo mayor de García Márquez, Rodrigo Garcia, narra en su libro “Gabo y Mercedes: una despedida” como el día de la muerte de su padre, un pájaro  entró en la casa y se estrelló contra  un ventanal para caer muerto precisamente en la silla favorita del escritor.  También resalta  la casualidad de que muriera en un jueves santo,  igual  que Ursula Iguaran, uno de los principales personajes de Cien años de soledad que “muere a una edad muy avanzada (entre los ciento quince y los ciento veintidós años) y completamente ciega. En el pasaje sobre este episodio se describe que  “tras la muerte de Úrsula, unas aves desorientadas se estrellaron y cayeron muertas”

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29 El diablo como Sombra o la proyección del mal

Palacio de la Inquisición

“Es difícil saber a qué oficios se dedicará el diablo ahora que no tiene títulos valederos para impedir que los niños le falten al respeto. Tal vez en su gran cocina infernal, el destronado monarca esté ideando nuevos trucos para reconquistar el segundo paraíso perdido. Pero mientras tanto, es necesario lamentar que toda su aparatosa magnificencia de caballero maligno haya quedado para prestar servicios tan insignificantes como los de pisapapel o monicongo de carnaval” Gabriel García Márquez

“Naturalmente, en su ingenuidad moderna -el hombre contemporáneo- no se ha dado cuenta de que en sus estados mórbidos está tan poseído como los posesos en la más oscura Edad Media. La diferencia carece de importancia, entonces se le llamaba Diablo, hoy neurosis. Es lo mismo. Es la misma antiquísima experiencia: un hecho psíquico objetivo, algo extraño, indómito, se erige inamovible en medio de nuestra voluntad soberana” CG Jung

Desde nuestra infancia vamos aprendiendo cómo debemos comportarnos para ser aceptados y, de igual manera, procuramos ocultar y reprimir todo lo que no se considera apropiado.  Todo aquello que ocultamos y rechazamos en nosotros se configura en nuestro psiquismo como una especie de “subpersonalidad”, a la que Carl Jung denominó Sombra. La sombra representa el lado oculto de nuestra personalidad, en ella habitan los instintos más primitivos pero también  potenciales positivos no desarrollados.  Bajo ciertas circunstancias podemos estar “poseídos” por nuestra sombra como lo describe la historia del Doctor Jekyll y Mister Hyde

A partir de  nuestras partes negadas construimos el enemigo externo en el  que percibimos, a través del mecanismo de la proyección,  los aspectos que nos resultan insoportables en nosotros mismos.  A nivel colectivo la proyección de la sombra ha dado lugar a la persecución y estigmatización de poblaciones vulnerables, de minorías o personas que no participan de los valores dominantes, siendo señalados de brujas, herejes, desviados. subversivos etc

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La mayoría de los textos de García Márquez fueron tomados de https://centrogabo.org/

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